lunes, 19 de diciembre de 2011

III Concurso Nacional de Comidas Navideñas: Nicaragua Unica, Original.

Muy pronto el comensal urbano se mudará de este espacio donde ha hecho tan buenos amigos, como buenos adversarios, a su propio domino en la web. Allí tendremos, además de las acostumbradas críticas a restaurantes, algunos comentarios sobre cafeterías y bares, así como secciones diferentes, en las que me permitiré escribir sobre gastronomía sin mencionar un lugar específico, tal como es este caso.
Estuve este domingo en la tercera competencia nacional de comidas navideñas organizada por el Intur, en la que 17 delegaciones de los 15 departamentos y de las 2 regiones autónomas se dieron cita para competir no solo por el premio en efectivo, sino también por la satisfacción de ser el mejor cocinero de comida tradicional navideña del país.
El  jurado estaba compuesto por los chefs anfitriones de los programas de cocinas de cada uno de los canales de televisión, personas con la que nos sentimos identificados, pues los seguimos en sus programas y de una u otra manera los conocemos. Supongo que esta decisión del Intur era, además de contar con profesionales capacitados, para infundir en los competidores una sensación de confianza y familiaridad, pues las caras de nerviosismo de los cocineros se desvanecieron apenas los chefs se acercaron de forma jovial a conversar con ellos sobre lo que tenían en mente para preparar.
Las delegaciones arreglaron sus puestos de trabajos de formas muy originales, algunos hasta se vistieron acorde a la época, otros optaron por la sencillez y la funcionalidad de los espacios. Debo mencionar que ninguno de los participantes era profesional de la cocina, eran personas comunes y corrientes con un talento particular y con mucho amor para dar, amor que se reflejaba en la pasión y el esmero con el que se entregaron a la elaboración de los platillos. Como los representantes de Managua quienes magistralmente cocieron con aguja e hilo su delicioso lomo relleno, o la señora de Madriz quien con una jeringa literalmente inyectaba sabor a su chompipe.
El ambiente fue maravillosamente festivo, muy ordenado. Los presentes nos deleitamos con elaboradas presentaciones culturales, que incluían, una pastorela adaptada al escenario Nicaragüense, bailes folclóricos, animaciones relacionadas a la cultura del país y a su geografía. Una verdadera fiesta gastronómica-cultural que tenía el objetivo de remarcarnos lo bella y diversa que es nuestra patria.
Después de casi 4 horas de música, bailes, aromas, colores y risas, y después de que los jueces se pasearan por los puestos de trabajo probando los 17 platillos concursantes, los cocineros empezaron a repartirlos entre los asistentes al evento. Por poco me voy sin probar alguno, pues le ganaba la pena al deseo de probar lo rica que es nuestra cocina. Pero dado que no podía escribir este artículo sin probar la comida y que me debo a mis lectores, me inmiscuí entre la gente y probé los platillos de las delegaciones de Granada, Madriz, Boaco, y Raas. No podría decirles cual era más rico, pues además de variados, cada uno tenía ese toque particular que los hacía únicos.
Los premios fueron, en tercer lugar Nueva Segovia con Gallina rellena, segundo lugar las bellas chontaleñas con un lomo relleno y en primer lugar Estelí con Gallina capeada. Aunque los verdaderos ganadores fuimos los asistentes, que salimos de allí con la barriga llena, el corazón contento y  orgullosos de ser Nicaragüenses.
Balance financiero: cero córdobas con cero centavos.




lunes, 12 de diciembre de 2011

lunes, 21 de noviembre de 2011

Turismo gastronómico: Boaco, tierra de encantadores.

Hace unos días uno de mis lectores, que no estaba de acuerdo con mis reseñas, escribió en mi facebook a manera de insulto “Quedate con el mondongo, es lo tuyo”, haciendo referencia a una reseña anterior sobre sopa de mondongo. Me dejó pensativo, no el hecho de que no estuviese de acuerdo conmigo, si no el que usara un platillo de nuestra cocina popular a manera de insulto.

Su comentario me impulsó a hacer turismo gastronómico en mi ciudad natal, Boaco, recorriendo con amigos, lugares a los que llevaría a algún foráneo que nos visite para que se lleve una buena impresión de la cocina popular.

Empecé en las Sopas de mondongo del Quebracho, unos 5 kilómetros antes de llegar a la ciudad de Boaco. Me senté en el fresco alero de la casa junto a la carretera, a la par de un árbol de Noni de fruto grande y hojas muy verdes. Aunque he probado Mondongos muy buenos en otras ciudades del país, la sopa de Mondongo del quebracho, en Boaco, es la mejor por amplio margen, a esta no le ponen repollo, ni masa de maíz para que espese, está llena de toallitas suaves y patitas grasosas que dan mucho sabor, un buen almuerzo con extra de cuajada a C$ 60.

Esa misma noche pasé por las enchiladitas de Calancho, pequeños discos de masa de maíz fritas, con una cubierta de indio viejo y queso rallado, listas para comerse de un bocado y sencillamente deliciosas, comunes en casi toda reunión de amigos allá en Boaco. En honor a la verdad las de Calancho ya no son las mejores del pueblo, las mejores están frente a Inatec a C$ 2 cada enchiladita, fácilmente te comerías 30 sin darte cuenta.

Para desayuno al día siguiente, frito con tortilla donde la María Pineda (Alias María Vulgar) en la carretera Boaco - Camoapa, del empalme de la subasta 3 km hacia Camoapa, una casita de finca con frijoles colgados de un alambre listos para aporrearse, cerdos caminando por allí, y unos gansos territoriales que no nos dejaban acercarnos a los frijoles. El frito es el mejor que he probado, como se sirve en los pueblos, calientito, grasoso, suave, bien gustoso, con tortillitas calientes, recién palmeadas y café de palo,  ralo y dulce, el café de finca, el apropiado para el platillo. Debo mencionar que el apodo que se le imputa a la María no quedó en evidencia en mi visita, pues fui atendido con esmero, respeto y la jovialidad  característica del boaqueño que por algo es “encantador”. Frito con tortilla y café C$ 50.

Ya de regreso, no en Boaco, pero si en el camino, una escala en Güirilas el Tata, en el km 52 de la carretera Rama – Managua,  para disfrutar una rica güirila con frijolitos en balas y chicha por solo C$ 45.

En fin me di un placentero recorrido por la gastronomía popular, disfrutando del color y el sabor de nuestra gente, que sabe comer bien… aunque solo sea sopa de mondongo.

Balance financiero de toda la gira gastronómica: C$ 215 en comida, C$ 70 en pasajes, C$ 200 un hotel, si van en sus carros desde Managua sumen unos 350 de gasolina aproximadamente y ya está.

lunes, 14 de noviembre de 2011

El mesón sur: De película



Para conmemorar que recientemente cumplí un año sin fumar fui invitado a cenar, así que movido más por pasar un rato agradable que por los deseos de comer, terminé en El Mesón sur, en carretera sur, de la gasolinera esso del triangulo, 2 c al sur 800 mts abajo. Había pasado frente al desteñido rótulo amarillo con la flecha roja, que señala al restaurante, cientos de veces camino a  casa pero nunca me había tomado el tiempo para resbalarme a comer algo por allí.
La ausencia de parqueo casi se convierte un problema hasta que el vecino de enfrente se ofreció a meter el carro a su jardín a cambio de 20 córdobas. El ambiente en el interior del restaurante es diferente, relajado, poco elegante pero de buen gusto, con muchas plantas y esculturas de piedra, con una original barra que hace las funciones de caja con un precioso collage de recortes de revistas al frente, los rótulos tienen un bonito toque artístico, como pinturas al pastel y la selección musical fue la más apropiada para la noche, Jazz del bueno. Todo esto quedó opacado por una maravillosa vista de la laguna de Nejapa y de una luna completamente llena que miraba atenta como se movía la espesa niebla sobre las aguas, parecía una escena sacada del señor de los anillos.
Como entrada ordenamos Tomates gratinados con anchoas, mismos que vienen humildemente servidos en papel metálico, acompañados con focaccia casero y rellenos de queso mozzarella con un oscuro trozo de anchoa en la cima. Esta interesante mezcla de texturas; tostado, suave, elástico y pastoso, así como los particulares y diferentes sabores de cada ingrediente, lograron armonizar entre ellos y ofrecernos este platillo sublime y digno de repetición.
No soy muy amante de las pizzas, así que fue una pequeña desilusión ver como estas eran lo único que se ofrecía como plato fuerte, pero la soberbia Capricciosa que ordenamos, marcó la pauta para empezar a darles una oportunidad de ahora en adelante. Aceitunas negras y verdes con hongos, y tres tipos de jamón; Virginia, selva negra y prosciutto, mismos que bañaron con sus grasas a los demás ingredientes contribuyendo así con ese toque de majestuosidad raramente  alcanzado por una pizza.
Después de disfrutar de una agradable velada y muy satisfecho con la comida, toda condimentada con ese exquisito sabor a horno de piedra, me senté a contemplar la maravillosa vista de la laguna nocturna y de una Managua iluminada, acompañado por una copa de vino tinto y música jazz de la buena susurrándome al oído.
Balance financiero: una entrada, una pizza, 3 copas  de  vinos,  todo  esto  para 2 personas C$ 761.00 no cobran IVA.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Rincón Español: Sólo buenos recuerdos


Hace 12 años recibí mi primer salario formal con las respectivas deducciones de INSS y de IR que me convirtieron automáticamente en todo un hombre. Disfrutando de la independencia que me daba el ganar mi propio dinero usé ese primer salario, que no era mucho, para llevar a mi novia de la época a un restaurante sólo conocido por referencias de mi padre, el Rincón Español, ubicado  de la Iglesia el Carmen 2c al lago 1c abajo.
Doce años después regresé con deseos de actualizar los buenos recuerdos que me dejó la última visita. La fachada exterior ha envejecido en esta década quizás un poco más que yo, pero el interior aún conserva la gloria de antaño.
La atención es justo como la recuerdo, de primera, con meseros conversadores, siempre prestos a hacer recomendaciones y sugerencias.
Empecé actualizando el recuerdo de  la sangría, debo admitir que no he probado una mejor en toda Managua, dulce, refrescante, sencillamente deliciosa, justo como la recordaba.
Como entrada, ordené Champiñones al ajillo, que pudo ser una entrada muy rica y apropiada, tristemente los champiñones no eran de muy buena calidad y el ajo en trocitos en el que fueron salteados se quemó provocando que todo el platillo adquiriese  ese desagradable sabor amargo, característico de las cosas que se queman.
Como plato fuerte ordené una Paella Valenciana. Una generosa porción que puede perfectamente ser compartida entre dos personas,  sin embargo no me resultó memorable, pues a pesar de que tenía una textura consistente, que tenía una buena variedad de mariscos, y abundante pollo, ninguno de estos sabores logró ser absorbido por el arroz, que sólo se conformó con poseer buena textura y buen color.
Después de esos dos reveces me dediqué a disfrutar de mi sangría, que estaba deliciosa. Me puse a pensar en que sería de la novia de entonces y ausenté mi mente  de la comida, pues quiero que mi recuerdo del Rincón español se mantenga como el de hace 12 años, y no renovarlos con los actuales, pues de ser así, este restaurante saldría perdiendo.
Balance Financiero: ½ Jarra de Sangría, una entrada, una paella C$ 723.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Restaurante La Casa de los Nogueras: Expectativas no superadas.

Visitar a los amigos, tomar unos tragos, conversar, sentirte a tus anchas, es una experiencia muy placentera que pocos restaurantes pueden replicar. Ese trato fraterno que va mas allá que una atención de primera y que genera esa sensación de comodidad fue lo que encontré en Restaurante La casa de los Nogueras, de la Marsellaise 1/2 c al lago.  
La decoración es exquisita, con elaborados arreglos florales en las mesas, pinturas de temas religiosos en las paredes, velas aromáticas, adornos de cristal, todo colocado precisamente donde tiene que estar, gracias a algún toque femenino que dispone y arregla como se haría en un hogar.
El menú, contrario a lo que yo pensaba es compacto pero completo, con lo más representativo del aire, mar y tierra. Como entradas ordené Carpaccio de Salmón y Pulpo a la gallega. El carpaccio estaba exquisito, por si solo el salmón tiene un sabor y textura agradable al paladar así que los aderezos característicos del carpaccio solo vienen a mejorar algo que por naturaleza es bueno. El pulpo a la gallega, en una versión más sofisticada que las que he probado antes, contaba con una papa de muy buena textura y sabor, y de un pulpo sencillo pero imponente, de agradable presencia en el paladar y en vez del pimentón en polvo, un rojo pimiento quien además de sabor, daba color y aroma. Sin embargo; el revés vino con los Medallones de filete solomillo en salsa a la pimienta, el  plato fuerte. Estos vienen  acompañados de verduras salteadas, tomates cherry, cebollines y frijolitos en vainas que encajaban a la perfección con el solomillo. La salsa estaba muy bien preparada, definitivamente usaron whiskey, brandy o coñac y no ron, pues el sabor era penetrante fuerte y agradable,  pero la pimienta picaba demasiado. El sabor del solomillo en si no logró cautivarme, la carne a pesar de estar suave, estaba un tanto insípida y seca.
Restaurante La casa de los Nogueras es uno de eso lugares donde se paga además de la comida, por la decoración, el ambiente, la atención, y el buen trato al que los clientes son sometidos.
Balance financiero, 2 entradas, un plato fuerte, 3 copas de vino y un postre C$ 1,543
Para terminar un Mousse de maracuyá, exquisito pero empalagoso, vino como premio de consolación pues me quedé esperando la magia en la Casa de los Nogueras.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Pizzería e Trattoria Da Rachelle: La magia está en la cocina.

Siguiendo recomendaciones de “Los matadores”, un grupo de mis lectores, decidí ir cenar a Pizzería e Trattoria Da Rachelle, del km 14 de la carretera a Masaya, 200 mts hacia Ticuantepe.
Debo confesar que el lugar no era como pensaba, lo imaginé más sofisticado, con  elementos decorativos acordes a  la cocina mediterránea, música de ambiente, velas, flores y similares. Por el contrario, me topé con el porche de una casa,  fotos familiares en las paredes, sillas plásticas y manteles de cuadritos. También me encontré con mucho calor humano, con gente riendo y disfrutando su comida, con la gentileza de las meseras que te trataban no como a un cliente si no como a un amigo de antaño.
El lugar estaba abarrotado, así que apenas nos sentamos ordenamos Espagueti Amatricciana y Espagueti Saporiti. En ambos platillos la pasta estaba al “dente” y para nada aceitosa, lo que le permitió a ambas salsas adherirse a la misma en vez de escurrirse entre ella. La Amatriciana, una clásica italiana, logró con solo tres ingredientes cautivarme por completo, la acidez del tomate se conjugaba perfectamente bien con el sabor dulcete del bacon logrando un equilibrio que solo la cebolla caramelizada pudo enganchar a la perfección. La saporiti, un poco más audaz, mezcló magistralmente sabores ácidos, salados y neutros, a través de la combinación de aceitunas verdes y negras, con alcaparras, anchoas, ajo, aceite de oliva y el maravilloso tomate; fue muy placentero encontrarme con grandes trozos de ajo, en vez de los tradicionales trocitos, también lo fue darme cuenta que las anchoas no eran un ingrediente predominante, sino un elemento catalizador que vino a añadir trocitos de alegría a ese festín de sabores perfectamente equilibrados y complementados unos con otros.
Definitivamente Pizzeria e Trattoria Da Rachelle, es uno de esos lugares donde la magia pasa en la cocina,  se traslada al salón, de allí a los corazones y a las casas de sus comensales. Como dijo mi avatar en ratatouille, a Pizzeria Da Rachelle “regresaré con hambre de más”.
Balance financiero: Dos copas de vino, un espagueti Amatricciana y un espagueti Saporiti C$ 530.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Picadelly: De buen ver.


Las oportunidades de negocios es algo que los nicaragüenses no dejamos pasar, donde sea que haya una acumulación constante de  personas aparecerán los vendedores ambulantes de comidas, bebidas, cervezas y similares. De una forma parecida, los Buffet caseros han proliferado muy cerca de los edificios de oficinas, centros comerciales, zonas franca y donde sea que existan aglomeraciones. Uno de estos, Picadelly, de los semáforos de Invercasa 3 C. al lago ½ C. arriba, captó mi atención, por lo cercano con mis obligaciones laborales y por un logo muy bonito que me invitó a pasar.
El sitio cuenta con una decoración exquisita, cada elemento de la misma está colocado  justo donde debe estar, es en mi opinión, demasiado elegante para ser catalogado como buffet casero aunque  el concepto sea el mismo. Las señoras que están sirviendo la comida detrás de los chafings, siempre están con una hermosa sonrisa, ofreciéndote más y más opciones para tu almuerzo.
Definitivamente, en Picadelly,  tienen sus esfuerzos orientados a la limpieza, presentación del lugar y atención al cliente, no así a su comida. En los chafings la comida se miraba espectacular, presentados con una pulcritud y orden impecables, los diferentes platillos despertaban el apetito, aunque en los platos de los comensales la historia fue diferente.
Ordené Cerdo a la Plancha, Arroz chino y Puré de papas, ninguno de los anteriores logró satisfacer por completo a mi paladar, el cerdo no pudo integrarse con los condimentos que lo cubrían, y después del primer mordisco supe que lo único que lograría sería llenar mi estómago. El arroz chino, que si tenía buen sabor, se les ahumó y no pudo resarcir  las penas del cerdo, el puré de papas no agregó valor a la comida, por el contrario resto sabor y textura, pues estaba chirre y simple, bien pudo ser removido del plato y no se le extrañaría. Para finalizar, todos los platillos estaban fríos, imperdonable, si tomamos en cuenta que llegamos a las 12 en punto.
Balance financiero: Cerdo a la plancha, arroz chino, puré de papas y refresco C$ 135, el precio no está mal, pero definitivamente se come mejor en esos buffet populares, donde la comida está calientita, aunque la decoración no sea tan exquisita.

jueves, 8 de septiembre de 2011

El Mondongo: Con sabor a pueblo.



Cuando pienso en sopa de Mondongo, pienso en Masatepe. También pienso en la manejada hasta allá y en el viaje de regreso con el estómago lleno y  deseoso de dormir una siesta. Es por esta razón que si no voy de pasajero, prefiero no ir.
Navegando por las redes sociales descubrí “El Mondongo”, un restaurante de comida típica Nicaragüense ubicado del hospital Vélez Paiz 5 C. arriba, detrás de los juzgados de Managua. La cercanía con mi casa me da la oportunidad de ir a comer y regresar justo antes de que se cierren mis ojos.
El lugar tiene la cualidad de transportarte inmediatamente al corredor de cualquier finca. El humo del fogón apenas entra en el salón, lo que genera una atmosfera rural. Las pequeñas esculturas de San Juan de Oriente que te acercan a los pueblos, las hamacas de Masaya que te invitan a tomar una siesta y una gigantona, de cualquier ciudad, pero nicaragüense sin duda, te reafirman que allí encontraras solo comida Nica.
Ordenamos Sopa de Mondongo, tortillas con cuajada y ron plata… para no perder la costumbre. Las tortillas; que delicia, tostaditas, crujientes, con aroma a leña, puestas al fogón para deleite de nuestro paladar.  Las cuajadas, súper frescas, listas para ser cortadas con la tortilla, y mezclarse en un bocado de placer.
La tortilla con cuajada fue el preludio de algo mejor, la sopa de mondongo, el especial de la casa. La sopa provocaba magia en el paladar, sus niveles de acidez y sal eran perfectos, no tuve necesidad de agregar el “chilito” tradicional. Estaba espesa, humeante, colorida y aromática. Las verduras,  en su punto, salvo la yuca que estaba un poquito dura, nada que un minuto más de fuego no podía arreglar,  y las “toallitas” sublimes, aunque me hicieron falta las “patitas”.
El servicio fue un poco lento, el lugar estaba lleno y creo que les faltaba personal, pero me sentí bien atendido. El ambiente fresco, la decoración, la gente, y sobre todo la comida, acaban de convertir  “El mondongo” en mi nuevo favorito de fin de semana.
Balance financiero: Una sopa de mondongo, una sopita de mondongo, dos tragos de Ron, y tortilla con cuajada C$ 195. Tener tanta tradición y sabor a pueblo, en el centro de Managua, no tiene precio.

jueves, 18 de agosto de 2011

The Diner: Como en otro País

Una época de mucha prosperidad económica en los Estados Unidos, pero también de marcadas desigualdades sociales, fue la década de los 50´s. Se comercializaba la imagen de la familia perfecta, el marido trabajador, la mujer ama de casa, pero también había diferencias raciales, maltrato a inmigrantes y minorías étnicas, intolerancia religiosa etc. Era una sociedad donde los límites estaban bien definidos y no había lugar para traspasarlos, aunque no hubiese nadie que formalmente te lo impidiera.


Esa sensación de estar donde no perteneces fue lo que percibí en el restaurante The Diner, en el km 9 y ½ de la carretera sur. La decoración, similar a una cafetería de la época dorada americana, con los meseros vestidos acordes a la misma: Un sillón automóvil que le perteneció a Somoza y música de Chuck Berry y los Beatles en la roconola, me hicieron pensar que estaba en una escena de “Pulp Fiction” o de “Los Años Maravillos”.



El menú es sencillo pero en inglés, con una minúscula traducción al español. Estamos claros que nadie en Nicaragua pide un perro caliente, se pide un hot dog, pero de ahí a que la descripción de los platillos, los precios y otros comentarios sean completamente en inglés, me indican que The Diner apunta a un segmento de mercado diferente.


Ordené una Hamburguesa con hongos y tocino, viene acompañada de Papas western y pepinillo. La calidad de la hamburguesa no se discute. El pan es ciabatta super fresco y la carne, recien molida y cocinada a la parrilla, lo que le dio un sabor muy particular, ya que estaba dorada por fuera, tierna por dentro. Lo bueno de cocinar a la parrilla es que te permite sellar la carne y conservar sus jugos. El bacón (tocino), dorado y crujiente, y unos hongos, también de primera, llevaron balance a los sabores, y, si a ratos mordías el pepinillo encurtido, la combinación dejaba de ser buena, para convertirse en exquisita. Los vegetales estaban muy frescos, sin marcas de refrigeración excesiva. Todo se conjugaba perfectamente bien para crear una suculenta hamburguesa.


La atención está a la altura; el ojo vigilante de los dueños hace que el servicio sea esmerado, rápido y eficiente.


Balance financiero: una hamburguesa, una malteada y una coca cola C$ 320.00, un precio ligeramente alto si comparamos con otros restaurantes que ofrecen una calidad y un producto similar.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Restaurante Campestre El Oasis: Con Sabor a Bautizo de Pueblo.

Hoy en día los restaurantes de moda son de comida española, italiana, china, mexicana, argentina, en fin, un mapamundi de opciones culinarias, que se esmeran en servicio, presentación y calidad. Pero hubo una época donde los restaurantes campestres, aquellos de la cocina típica Nicaragüense en donde el asado venía con naranja agria y no con salsa BBQ, eran el último grito de la moda.
Restaurante El Oasis, del km 11 ½ carretera a Masaya 300 mts al sur, aun conserva la esencia de la época dorada de los restaurantes campestres. La decoración es la que se espera, muchas plantas, techo de palma, cielo raso de bambú, diferentes ambientes, muchas mesas, música romántica, varios anexos productos del crecimiento para dar espacio a más comensales que imagino abarrotan el lugar los fines de semana familiares.
Ordenamos Costillas de Cerdo Fritas, que viene acompañadas de arroz, tostones y una sencilla, fresca y deliciosa ensalada. Las costillas estaban muy ricas, bien preparadas, con un ligero sabor achiote que me hizo recordar la cocina de mi mamá, de pronto, pequeñas cámaras de grasa, el gordito que llamamos tradicionalmente, dejaban escapar sabores atesorados en los recuerdos de mi infancia, sabores que suelen encontrarse en los pueblos, en donde las abuelas enseñaron a nuestras mamás a como cocinar. Pero en honor a la verdad, las costillas de cerdo fueron ampliamente opacadas por el Lomo de Costilla, una generosa porción de carne de res que armonizaba con más gracia y elegancia con las mismas guarniciones que el cerdo. El lomo de costilla aun olía a fogón, a parrilla, destilaba los últimos restos de sus jugos, que se confundían con el sabor a naranja agria con que fue preparado, el punto perfecto de sal, buen término y suavidad me tomó completamente por sorpresa. El esfuerzo para cortar cada bocado fue reducido a simplemente deslizar con suavidad el cuchillo sobre la carne, teniendo siempre la precaución de no rayar el plato.
En Campestre El Oasis encontré sabor a Domingo familiar, a bautizo de pueblo, me topé con el autentico asado nicaragüense, con la comida criolla y el chile encurtido que nunca falta en nuestras mesas.
Balance Financiero: 2 refrescos, 2 platos fuertes, y un empaque C$ 534, mucho mejor que pagar eso mismo por algunas malas imitaciones de comida extranjera.

Nota: Las críticas que el Comensal Urbano escribe se basan en la calidad de la comida, decoración del lugar y servicio, en estos aspectos el resturante antes mencionado esta muy bien valorado. Sin embargo a titulo personal, el escritor no regresará a campestre el Oasis, pues en su menú ofrecen campantemente carne y huevos de tortuga. Lamentablemente no lo vi antes de ordenar, pues en caso contrario me hubiese levantado e ido. Apoyen la campaña “Yo no como huevo de tortuga”.

lunes, 25 de julio de 2011

Flayers: 50 años haciendo hamburguesas.

En diferentes rankings de hamburguesas que he leído en foros, blogs y wall post, Flayers siempre está presente. Así que enrumbé mi camino al 13.3 de la carretera a Masaya para encontrarme con estas hamburguesas y escribir sobre ellas.
A primera vista Flayers es un lugar aquejado por la vejez, las sillas incómodas, raídas y polvosas, no contribuyen a crear un ambiente propicio para almorzar, pero no es la primera vez que un lugar en decadencia esconde una que otra maravilla culinaria, así que aposté a la calidad de las hamburguesas y perdí.
Ordenamos una Chori burguesa que no es más que un hot dog mal imitado: tres trozos de chorizos de la más baja calidad sustituían a la tradicional carne molida, esto dejaba muchos espacios en los que al morder solo pan, lechuga y tomate era lo que saboreaba. La otra opción fue la Hamburguesa clásica, un trozo monumental de carne molida adornaba el centro de la misma, aunque estaba un poco cruda, tenia buen sabor. En ambos casos la lechuga no estaba fresca, se notaba a leguas la quemadura propia de la congelación.
Flayers es uno de esos lugares en lo que solamente podemos recomendar la cantidad y no la calidad, quizás es por esto que siempre está presente en los rankings, pero en honor a la verdad como he dicho antes “más no es necesariamente mejor”.
Balance financiero: 2 hamburguesas unas papas y tres cervezas C$ 408.00. Con esa cantidad puedo comprar 11 hamburguesas en los carritos fuera de Matrix y quedo satisfecho desde la primera.

martes, 12 de julio de 2011

Restaurante Santa Lucía: En calidad/precio, queda debiendo.

Desde hace tiempo tenía deseos de visitar el Restaurante Santa Lucía, de la primera entrada a las colinas 1 C. al este. Había visto sus comerciales en televisión, y la idea de comer allí me parecía bastante atractiva.
Visualmente, el restaurante es lo que esperaba. Todo perfectamente ordenado, muy limpio, cómodo, con una atención de primera, servicio rápido y ambiente agradable. La concurrencia era escasa a pesar de estar en pleno medio día. El menú es muy variado, con muchas entradas, platos italianos, carnes, pollos, en mi opinión, demasiado cargado.
Como entrada pedimos unas Cascaritas, que no es más que papa, con queso cheddar, bacón, y crema ácida, la combinación estaba bien, lo sabores se complementaban sin problemas, pero después de la tercera papa el interés en ellas desaparece por completo.
Los plato fuertes fueron Filete a la Pimienta y Smothered Steak, en ambos, la carne era de primera calidad, suave, jugosa, con buen término. Sin embargo la calidad de la misma por sí sola no basta para convertir a los platillos en algo memorable. El filete a la pimienta estaba muy bien, la salsa era exquisita, los sabores encajaban a la perfección, la pimienta se dejaba sentir con fuerza sin llegar a picar, pero los vegetales que acompañaron al filete no estaban a la altura, al parecer, recalentados, aguados y excesivamente condimentados. El smothered Steak, pasó por la mesa sin dejar algún recuerdo memorable, ni las cebollas caramelizadas, ni los hongos salteados y mucho menos el queso mozarela que lo acompañaban, lograron imprimir en él algo de sabor, bien podría servirse solo la carne y el resultado hubiese sido mucho mejor, además el arroz que venía con él, estaba frio.
Un postre nunca está de más a la hora del almuerzo, así que pedimos un Tres leches santa lucia, lamentablemente, de un tres leches ahumado, no se puede comentar mucho.
Mi visita al Restaurante Santa Lucía pasó sin penas ni glorias, no encontré en él ese sabor que lo diferenciara, que lo caracterizara y que sin lugar a dudas, invitara a regresar.
Balance Financiero: Dos cervezas nacionales, dos platos fuertes, una entrada y un postre, C$ 855.00, en su relación calidad precio, restaurante Santa Lucía, queda debiendo.


Nota Aclaratoria: Dada la cantidad de comentarios, alguno a favor y otros en contra, estoy en la obligación de notificar que Restaurante Santa Lucía no es propiedad desde Diciembre 2010 del Chef Nelson Porta. Detalle que él mismo me aclaró en un correo, y me pidió fuese notificado a mis lectores.

lunes, 20 de junio de 2011

Restaurante La Finca: Cría fama y no te eches a dormir.

El algún momento de nuestras vidas hemos recomendado un restaurante muy efusivamente, hablamos de lo buena que es la comida, de lo bien que está el servicio, y de lo agradable del lugar. Pero justo el día en que llevamos a alguien para que corrobore nuestros comentarios, el restaurante cambió cocinero, están remodelando y el servicio no llenó las expectativas.
Algo similar me ocurrió con Restaurante La Finca, frente al costado noreste de la rotonda del periodista. Mis visitas anteriores a este lugar se han caracterizado por el buen servicio y la calidad de los platillos, si a esto le sumamos que el local es muy fresco, está muy bien decorado, y que encaja perfectamente con el concepto del restaurante, además de la asequibilidad de sus precios, diríamos que restaurante la finca lo tiene todo para complacer a los más exigentes. Pero esta vez no fue así, acostumbrados a la calidad de siempre pedimos la Parrillada Cid Mix, un platillo diseñado para compartir pues consta de una generosa porción de gallo pinto, maduro, papa asada, carne de res, costillas de cerdo a la barbacoa, pollo y dos chorizos, un platillo cuya descripción llena los requerimientos para un buen almuerzo.
A pesar de que el gallo pinto estaba muy rico, la papa asada era sublime y el maduro estaba bien, las carnes reprobaron. Las costillas de cerdo estaban recocidas, al parecer recalentadas, escazas de carne y duras, la carne de res por el contrario estaba un poco cruda, insípida y pellejosa, el pollo estaba bien, pero no lo suficiente para hacerse memorable. Da la impresión de que al recalentar el cerdo, le dieron poco tiempo a la carne de res, por ende lo que esperaba fuese un suculento almuerzo se convirtió en una triste decepción.
El servicio como siempre fue de primera, la atención al cliente ha sido uno de sus pilares fundamentales y esta vez no fue la excepción. Pero la calidad de los platillos bajó notoriamente.
Esperaba que esta fuese una buena reseña sobre un buen lugar, pero el azar quiso que hoy la cocina de la finca tuviera otros planes.
Balance Financiero: 2 cervezas nacionales y la Parrillada Cid mix, para dos, C$ 540.00

domingo, 12 de junio de 2011

El Floridita: Un pedacito de Cuba en Managua.

Escribir sobre un restaurante de foodcourt nunca cruzó por mi mente, la comida empaquetada, los colores brillantes y un casi ausente servicio al cliente, me hicieron pensar que nunca lo haría. Como toda regla tiene su excepción, la mía llegó con El Floridita, una pequeña esquina de cuba, en plaza inter.
La apacible música andina con la que se amenizaba el medio día, contrastaba con el ajetreo del lugar, unos 15 comensales se alineaban para probar desde comida corriente, hasta platos típicos cubanos. El servicio al cliente es casi nulo en los foodcourt, pero el mínimo requerido estaba bien representado en el Floridita. Con una amena sonrisa una joven tomó mi orden y un sándwich cubano pasó al horno.

La espera fue de 15 minutos, pero valió la pena, con la simpleza de un pan baguette, queso amarillo, un poco de mostaza, jamón, y el maravilloso lechón cubano, el mejor sándwich que he probado cayó en mis manos.
La verdad es que toda la magia la hizo el lechón, siempre pido la parte de la piel, me gusta cuando está ampollada, crujiente y brillante de grasa, y que en su interior esconde carne suave y jugosa.
No hay receta para cocinar un autentico lecho cubano, y no hay dos cubanos que se pongan de acuerdo a la hora de cocinarlo… pero todo lechón tiene el efecto de alegrar las caras y los estómagos de los comensales que como yo… disfrutamos un poquito de cuba, en Managua.

Balance Financiero: Sándwich cubano, C$ 65.00.

lunes, 16 de mayo de 2011

Terraza Mediterráneo: Rapsodia en sabor.

A dos cuadras al norte del parque de los poetas en León, la Terraza mediterráneo ofrece una variedad de ambientes, platillos y postres listos para satisfacer los gustos más excéntricos. Su decoración, que se mueve entre salón de juegos de mesa, almohadones árabes, mesas en los jardines y un fresco patio trasero, que en algunos casos me parece muy adecuada y en otros chocante, combina elementos tradicionales y matices psicodélicos que deben ser muy adecuados para veladas nocturnas.

Para contrarrestar el calor empezamos con unos batidos de la casa, Isla y Paradise, fueron nuestra elección, combinaciones de frutas como naranja, calala, fresa, banano y sandía en un vaso grande, muy refrescantes y nutritivos, pero sobre todo diferentes y ricos.

Como entrada, una Ensalada Queso Loco, esta, definitivamente no es el fuerte de la casa, los trozos de lechuga estaba muy grandes, además la combinación de quesos emmenthal, gouda y gorgonzola, por si solos no eran suficiente para agregar sabor a la ensalada, que daba la impresión de estar incompleta, carente de algún elemento unificador.

Como platos fuertes, Linguini Gilda y Cerdo Romiho. El Linguini Gilda, linguini en salsa blanca con salvia y langosta, estaba muy bien preparado. La pasta estaba cocida al dente, la langosta agregaba un delicioso sabor que mezclado con el aroma de la salvia y ese ligero toque amargo, característica de ella misma, convertían aquella audaz combinación, en un suculento platillo, digno de ser recordado.

El Cerdo Romiho, puré de papas, cerdo en salsa de ron, miel y hongos; arroz y ensalada, tenía sus altos y sus bajos. El protagonista, el cerdo, estaba un poco reseco, pero muy rico, la salsa en cambio, estaba deliciosa, el sabor penétrate al ajo, unido con la dulzura de la miel y el sabor salado de la crema de hongos, la convirtieron en la acompañante perfecta para el cerdo. El arroz daba la impresión de ser viejo, el puré de papas por si solo estaba insípido, pero combinado con la salsa era espectacular.

La Terraza Mediterráneo tuvo sus altibajos, la decoración, me gustó en unos ambientes y en otros no, la comida estaba muy buena, salvo pequeños detalles que son fácilmente arreglables. La atención de nuestra mesera Leonor, es de primera. El pan de la casa estaba divino, evidentemente cocinado en horno de piedra, mismo que puede verse en el patio del fondo, donde las mesas bajo los árboles, invitan a quedarse un rato más.

Balance Financiero: Dos batidos, una entrada y dos platos fuertes C$ 475.00

domingo, 8 de mayo de 2011

Cantonese House Restaurant: El secreto mejor guardado de Managua

Es grato manejar por allí y de pronto parar en un lugar para comer. Un lugar que no es nuevo, lo has visto sin mirar tantas veces que tomaste ese atajo para evitar uno que otro semáforo, hablo de Cantonese House Restaurant, de monte de los olivos 1 C al Lago, ½ C Abajo.

Una entrada muy sobria esconde las maravillas de la cocina del sur de china, en una casa en los robles. Con tan solo 6 mesas en el interior, música de china a un volumen muy moderado, y la perfecta atención de nuestro mesero Cesar, el viaje gastronómico a oriente empezó sin dilaciones.

No hay comida china sin Tacos chinos, así que esa fue nuestra primera opción de entrada, acompañada por unos Calamares en salsa de soya. Los mejores tacos que he probado hasta el momento, los tiene Cantonese House Restaurant, la masa estaba crujiente, sin exceso de aceite, lo que dejaba sentir los sabores a repollo cocido, con ligeras tiras de zanahoria y el sutil sabor a pollo. De los Calamares en salsa de soya, podría hablar horas de horas, presentados delicadamente, como flotando, sobre pequeños trozos de cebollines, salsa de soya a la que sin duda agregaron azúcar morena, para balancear ese sabor tan penetrante, y un ligero toque de picante, qué, combinados con la textura del calamar, te hacían desear nunca dejar de comer.

Como plato fuerte, Pescado con jengibre, la perfecta sinfonía de pescado cocinado al vapor, acompañado con jengibre, lo que añadía novedad al platillo sin restarle protagonismo al pescado, cebollines, quienes además de agregar colorido se dejaron integrar delicadamente con la salsa de soya y el aceite de oliva. Cuando la sencillez y el arte se juntan, nacen platillos como este.

Mi viaje a oriente fue breve, pues los platillos salían de la cocina con una rapidez impresionante, pero mi deseo de regresar está allí, latente en cada evocación a esos maravillosos sabores delicadamente adornados con sencillez, esos sabores importados de oriente, que no se han dejado contaminar por la comida exprés de centros comerciales, esa que falsamente conocemos como “comida china”.


Balance Financiero, Dos entradas, un plato fuerte, para dos, y dos bebidas C$ 490.00

jueves, 21 de abril de 2011

Las Vegas: Lo que pasa en las vegas ....

Me gustan los bares temáticos, así que cuando en mi búsqueda de un lugar para degustar unas cervezas me encontré con las vegas (en el km 12 carretera sur) me emocioné muchísimo.

Justo a la entrada dos estatuas tamaño natural y caricaturescas de los hermanos caradura, al fondo, en lo que parece ser un escenario, el rey Elvis con su guitarra, al centro unas mesas pequeñas y sobrias (con una acertada combinación de los colores, rojo, blanco y negro), unos espejos que simulaban la parte trasera de un Cadillac de los 50 y un avión colgando del techo, me hicieron pensar que más no es necesariamente mejor. La decoración estaba muy cargada, con muchos elemento que no coincidían entre si, como los espejos circulares y en colores pastel que rodeaban el salón, la estatua miniatura del gordo y el flaco a un lado del escenario o el pirata del Caribe, solitario y sin saber qué hacer, custodiando la cocina. Y si a esto le sumamos las luces laser de discoteca, sutiles pero molestas, las cervezas calientes y el discurso de bienvenida mal ensayado de nuestro mesero, tenemos los elementos perfectos para no regresar.

El dueño o gerente, con zapatos blancos y sucios, y con un corte de los cincuenta, muy amable, se empeñó en hacernos sentir bien, permitiéndonos escoger la música y agradeciendo nuestra presencia constantemente. Igual, por recomendaciones suyas, ordenamos una Parrillada Mixta, una combinación de Filet mignon, pollo y carne de cerdo que se ajustaba perfectamente a lo que buscábamos para cenar. Lamentablemente, el filet mignon estaba pellejoso, el pollo estaba salado y el cerdo brilló por su ausencia, además de eso, la carne era a la plancha y no a la parrilla. Lo único rescatable de ese desastre fue la salsa jalapeña que lo acompañó, misma que no era parte del platillo y que fue enviada como cortesía por el gerente.

Mi visita a Las Vegas no fue agradable, ni el local, ni la comida ni el servicio llenaron mis expectativas como consumidor.

Quizás por esa razón éramos los únicos clientes en este local, y en el de al lado, un restaurante mexicano, la gente abarrotaba las mesas, reía y la pasaba bien.

Balance Financiero, parrillada mixta, 4 cervezas C$ 320.00

viernes, 15 de abril de 2011

La Taska de Kiko: Olé !!!

La Taska de Kiko, de monte de los olivos ½ C arriba, es uno de mis lugares favoritos para comer en Managua. El ambiente es relajado, la decoración es sencilla, la comida es buena, y el servicio aprueba.


Motivado por el calor pedí una refrescante sangría, para acompañarla, unas Gambas a la plancha y un Pulpo a la Gallega. Ambos platillos de fácil preparación que, con no más de 3 ó 4 ingredientes, logran despertar los sentidos y alegrar el resto del día.


Mis favoritas de siempre han sido las Gambas a la plancha, pero el día de hoy estas reprobaron. Para cocinar gambas (camarones) a la plancha, hay que evitar exponerlas al fuego demasiado tiempo, error de principiante que fue cometido en la cocina de Kiko, las gambas estaban doradas y resecas, lo que hacía difícil pelarlas, y que además consumió todos los jugos que dan esa sensación a mar que obtienes al probar una buena gamba a la plancha.


Sin embargo, el pulpo a la gallega aprobó con creces, sencillamente presentados, y deliciosamente preparados, los trozos de pulpo tenían su peculiar consistencia, qué, combinados con el vigorizante sabor de la paprika y unos sorpresivos destellos de sal gorda, que de pronto agregaban explosiones de sabor a los bocados, todos estos perfectamente unificados por el aceite de oliva, enmendaron rápidamente el error cometido con las gambas.


Siempre he pensado que la buena comida no es la que lleva rebuscados ingredientes, ni complicados modelos de preparación. Unos simples camarones sin pelar, con sal gorda, y aceite de oliva, pueden transportarte de pronto a tu costa favorita, lo que es indispensable para cocinar, es hacerlo con el corazón, por que como dice Bernard Shaw “No hay amor mas sincero, que el amor a la comida”.




Balance financiero: Dos sangrías, Gambas a la plancha y Pulpo a la gallega, para dos personas C$ 605.00

sábado, 9 de abril de 2011

Chik Chak: La fiesta que buscaba.

Escribir sobre un lugar bueno, siempre es un placer, y, si además de bueno, es bonito, la tarea se hace mucho más fácil. Decidido a comer pasta, me enrumbé al km 8.5 de carretera sur. En el triangulo que divide a los que suben de los que bajan, está ubicado Chik Chak.

La decoración es diferente, pero muy agradable, la combinación de colores anticipa la fiesta en el paladar que está por empezar.

Limonada para acompañar y un Supplì al teléfono como entrada, marcaron los primero compases para lo que estaba por venir. El Supplì está hecho de arroz, queso mozarela y una ligera cubierta de pan en polvo, todo esto dorado en aceite, visualmente parecido a una croqueta española. A pesar de ser un clásico de la comida italiana, y de estar conceptualmente bien preparado, no fue de mi entera satisfacción, quizás porque el caldo en que se hizo el arroz no parecía natural, si no algo más similar a un cubito maggi.

Le siguieron a la entrada un Funghi Blanco y un Sensi Arrabiata. La pasta en ambos platillos estaba con el punto de cocción exacto, para ser acreedoras de un dente perfecto. El Funghi Blanco tenía un balance de sabores exquisitos, el funghi (hongos) como tal, era el sabor predominante, adornado con un toque de pimienta negra recién triturada, y el sabor a cebolla gratinada que estaba presente en todo momento en el paladar, pero se dejaba sentir con más intensidad al final de cada bocado, como para recordarte que estuvo allí.

El Sensi Arrabiata es una salsa muy tradicional y audaz, preparada con tomates naturales, un ligero toque de chile seco y el característico ajo de la cocina italiana, tenía el equilibrio perfecto de la acides de los tomates con el picor sutil del chile, para terminar con ese balanceado sabor a ajo que unía todo perfectamente bien.

Del servicio, pues bien, no fue malo pero tampoco memorable.

Balance financiero, limonada, michelada, entrada y 2 platos fuertes C$ 450.00, las porciones son un tanto pequeñas, pero la calidad elimina por completo este detalle.

Para concluir, en Chik Chak, encontré esa agradable fiesta en el paladar que tanto había buscado.

domingo, 27 de marzo de 2011

Restaurante Don Cándido: Domando a la fiera

El instinto de cazador está latente dentro de nosotros, no importa cómo nos sintamos, o cuanto queramos cuidar la salud, un buen trozo de carne, aplaca en cierta forma, esa inquietud animal que en ocasiones sentimos.

Como una fiera que sigue un rastro mi instinto me llevó a Restaurante Don Cándido. Para los que no lo conocen de donde fue el chaman, 25 vrs al sur.

La falta de un anfitrión se hizo evidente cuando entramos, así que nos acomodamos donde mejor pudimos, nadie se percató de nuestra presencia hasta que motivados por el hambre tomamos por asalto al primer mesero que paso cerca de nosotros.

Aventurándonos a probar algo diferente al clásico puyazo, la selección del día fue, Media chorizada, un T Bone Steak, y dos cervezas.

La Media Chorizada consta de 4 chorizos sin visa de residencia y una muy Nicaragüense tortilla, visualmente estimulantes y aromáticamente tentadores, no tardaron en hacer honor a todo lo que prometían. Estaban deliciosos, no importa el orden en que se coman, el próximo chorizo siempre supera al anterior.

El T Bone Steak, sobrepasó mis expectativas, una generosa porción de carne de casi una pulgada de grosor, suave, jugosa, con la cocción adecuada y con la sencillez que debe caracterizar a la carne a la parrilla. Acompañado de una muy acertada combinación de papa, cebolla y tomate asados, hicieron de este platillo mi nuevo favorito acá en Restaurante Don Cándido. El T Bone tenía el balance perfecto de carne, grasa, jugos y sabor que deben existir en un buen asado.

Que les puedo decir, platillos como este son difíciles de describir, los sabores despiertan tantas emociones que las palabras se quedan cortas, ante semejante revolución en el paladar.

La atención en Don Cándido, fuera del percance inicial, es de primera, a pesar de la agitada concurrencia los platillos llegaron en el tiempo justo. Esto, sumado a la muy apropiada decoración y lo generoso de las porciones hacen de Restaurante Don Cándido uno de los mejores restaurantes que he visitado.

Balance Financiero, T Bone, media chorizada y dos cervezas nacionales, todo esto para dos, C$ 960.00, la satisfacción de que lo pagado vale cada centavo, no tiene precio.

lunes, 21 de marzo de 2011

Sopa de Res: Nicaragua Vs Guatemala

Hoy tuve deseos de sopa, este deseo me trajo el recuerdo de mi luna de miel en Guatemala, cuando, queriendo conocer un poco más sobre la gente de este país, fuimos a comer sopa de res al mercado de Panajachel. Al recibir mi sopa pensé, “como amo Nicaragua”, no sabía si lo que me estaban sirviendo era una entrada, o el plato fuerte, en una pequeña taza estaba el caldo más triste que he visto (y saboreado) en toda mi vida, a las par, en un plato, la carne y las verduras, pero con el mismo tono de tristeza y amargura que su hermano caldo. Así que sin pensarlo dos veces quise poner a competir la sopa de res de los mercados de Panajachel y Roberto Huembes.
Caminé por los galerones de artesanías hasta llegar a mi destino, supe que estaba allí por el aroma a sopa de res mezclado con las especias de un puesto comercial cercano. Buscar el lugar adecuado para comer en un mercado es simple, el que esté más lleno, es el mejor. Así que siguiendo mi consejo termine en un comedor sin nombre donde me hice campo en una banca junto a otros 5 comensales que hombro con hombro habían empezado antes que yo la faena de la sopa de res. La limpieza no es característica aquí, pero el sabor y el carisma Nica si.
¿Cuál es el secreto para una buena sopa de res?, ¿será la variedad de verduras en ella?, o ¿la cantidad de carne en el hueso?. Yo creo que el cariño con la que se prepara, la naturaleza de la gente, su estado de animo. Pues mi sencilla sopa de mercado, tenía un hueso raido y nada más que yuca, quequisque y chilote como verduras. Compitiendo con una más variada sopa guatemalteca, con mas carne y mas pretensiones.
Los nicas somos gente amable, alegre, y siempre dispuesta a ayudar, características que se transfieren a la comida que cocinamos. Nuestros hermanos guatemaltecos, si bien es cierto son las personas más educadas de Centroamérica ( en mi opinión ), el temor con el que viven a diario, casi se percibe en sus comidas carentes de alegría, color y vida.

Balance financiero, sopa de res en el Huembes C$ 40.00, sopa de res en Panajachel US$ 5.00.

miércoles, 16 de marzo de 2011

El Novillo: Mejor la tierra que el mar.

Un gran amigo, Don Flavio Tijerino ( q.e.p.d ) me dijo que nunca debíamos recomendar libros, ni restaurantes, porque siempre quedaremos mal. Pues bien, él siempre me recomendó libros y yo les recomiendo a ustedes restaurantes. Hoy, siguiendo recomendaciones de varios amigos, terminé en El Novillo, ubicado de Julio Martinez 3 C. al sur.
Me encantó llegar al lugar y no encontrar un solo parqueo disponible, toda una cuadra, con vehículos a ambos lados, me obligaron a estacionarme en una curva, muy lejos del sitio. El lugar estaba abarrotado de gente, conseguimos mesa en un anexo del restaurante, y, siguiendo recomendaciones de visitantes previos, pedimos Camarones Empanizados y Camarones al Ajillo, yo, un tanto escéptico, preferí pedir un Churrasco, dado que el restaurante se llama " El Novillo".
De las tres cosas lo mejor fue el churrasco, un buen trozo de carne jugosa, cargada de sabor y súper suave, acompañada de arroz y papas fritas, fue la sorpresa, pues todo el mundo me recomendó los camarones. Debo decir que me gustó mucho mi platillo y que si bien es cierto es algo muy común, se esmeraron en prepararlo.
De los camarones, solo puedo alabar la cantidad, media libra de camarones, con arroz y papas en un plato… es bastante. Pero el sabor de los mismos no lograron convencerme, los camarones empanizados estaban insípidos y los camarones al ajillo aunque con buen sabor, se pasaron de fuego y quedaron recocidos.
A pesar de que los camarones no llenaron mis expectativas, los que me los recomendaron se dejaron llevar por la cantidad y no la calidad, el Novillo es un buen lugar para almorzar, pues el servicio es rápido, bueno y barato.
En resumen, si quieren disfrutar de una buena comida, pidan las carnes, muy ricas. Si quieren aplacar el hambre, pidan los camarones, son aceptablemente buenos.
Balance financiero, Camarones empanizados, camarones al ajillo y churrasco. C$ 470.00

miércoles, 2 de marzo de 2011

Güirilas El Tata: Puro Nicaragüense.

Ubicado en el Km 61.5 de la carretera Managua - Rama, Güirilas el Tata se ha convertido en el nuevo sitio de descanso para los viajeros a Boaco, Chontales, Nueva Guinea y Rama. Un fenómeno parecido a lo que le ocurre a los viajeros a León y Chinandega, en el que el alto por Nagarote o La Paz Centro, es casi obligatorio.
En Güirilas el Tata se respira aire nicaragüense, el menú, tan nica como el San Juan, tiene de todo; frijoles cocidos con crema, tayuyas (tortilla con cuajada), güirilas, quesillos, cajetas, arroz con leche, chicha, posol, rosquillas, pintadas y chorreadas (yo también pregunte qué era eso, y es masa de tortilla o güirila respectivamente con cuajada… muy ricas).
Mi elección fue sencilla, güirila con cuajada y chicha, y desde el momento en que llegaron la sensación de felicidad se hizo evidente por la gran sonrisa que se dibujó en mi cara… la güirila, aun humeante, con un aroma que me recordó mi niñez, estaba deliciosa y la combinación de esta con la cuajada fresca, hizo un explosión de sabores, ya conocidos pero olvidados. Podría decir que esos sabores removieron por completo el baúl de recuerdos y me sentí niño otra vez.
La alegría no se detuvo allí, para refrescar, la chicha (blanca, sin colorante rosado) con un penetrante aroma a fermento, como la conocí en los topes de Santiago de los caballeros en las fiestas patronales de mi Boaco natal, puso el punto final para un delicioso bocadillo nicaragüense, con aroma a fogón, a campo, a pasto verde, a leche, los aromas de mi tierra.

Balance financiero, güirila con cuajada y chicha C$ 22.00.

sábado, 12 de febrero de 2011

Escuela Nacional de Hotelería: Gran calidad, a bajo costo.

Tuve el placer de almorzar hoy en la escuela nacional de hotelería, contiguo al Manuel Olivares, en Linda Vista. Como llegué muy temprano, los estudiantes aun no estaban en el restaurante, así que esperé en la cafetería que esta contiguo, un espacio cómodo, con una decoración muy buena, y una inmensa variedad de postres y bocadillos para degustar. Mientras esperaba, un ceviche de pulpo, empanada gallega de atún y fruitpunch, me hicieron compañía, Me sentí muy contento con mis dos bocadillos y mi refresco, todo estaba simplemente delicioso El ceviche estaba muy rico, fresco, sencillamente preparado. Era un ceviche sin muchas complicaciones, lo que permitía que el pulpo sobresaliera sobre los demás ingredientes. La empanada gallega, que en realidad era una muy buena adaptación nicaragüense, porque no lucía como tal, y tenía mucha cebolla, sabía muy bien, tenía una consistencia agradable y los sabores estaban muy bien balanceados. ¿Pueden creer que todo lo anterior costó solo C$50.00 ?
Después de esa fiesta de sabores pasé al restaurante, un espacio más parecido a un salón de conferencias, que a un comedor, pero ese es el propósito del lugar, es un salón de clases donde los aspirantes a meseros ponen en práctica lo aprendido en la escuela. El servicio aunque un poco torpe, es esmerado, los muchachos tratan de hacer las cosas bien, de acuerdo a normas internacionales, le ponen mucho empeño y eso me llenó de satisfacción.
La disposición de los cubiertos, la atención del lugar, la música de fondo y el servicio, me hicieron sentir en un restaurante muy elegante. El menú es variado consta de 5 cocteles, 5 platos fuertes y 5 postres, se pueden escoger 1 de cada uno, por solo C$100.00
Un Daiquirí frozen, fue el inicio perfecto para esperar el plato fuerte “Lomo de cerdo con mostaza dijon”, un plato visualmente exquisito, la forma en que venía presentado era de primera, el cerdo descansaba plácidamente sombre una cama de zanahorias ralladas y cocidas, mismas que se mezclaban con la salsa. La combinación del cerdo y la mostaza me hicieron pensar en Romeo y Julieta … son el uno para el otro, el sabor agridulce de la mostaza, complementaba el sabor básico del cerdo cocido.
Como cierre, un Volteado de manzana vino a alegrar el resto de mi día, estaba delicioso, aunque la torta no les quedó esponjosa, los sabores permanecieron en mi paladar, o en mi memoria, por el resto del día.
Balance financiero, refresco, dos entradas, coctel, plato fuerte y postre C$150.00, tomando en consideración que es comida de muy buena calidad, no excelente, el precio me parece irrisorio.

jueves, 10 de febrero de 2011

La Cuchara de Palo: Nombre original…. Nada más.

Encontrar un restaurante nuevo es como abrir una caja de pandora, podés dejar salir todos los males del mundo, pero siempre queda la esperanza. Mi caja de pandora se encontró el día de hoy en “La Cuchara de Palo”, un restaurante nuevo ubicado frente a lo que fue Hipa – Hipa, por el centro financiero Lafise. Como se puede inferir por el nombre, es un restaurante bastante típico, imágenes del Gueguense adornan las paredes y el restaurante en sí da la impresión de estar en los corredores de una casona en Granada o León.
Los especiales del día eran sopa de frijoles e indio viejo, así que los pedimos a manera de entradas, y, como platos fuertes, ordenamos Asado de rechupete (el nombre me parece muy ordinario), Puyazo, y Costilla de Cerdo Spare Rib.
El indio viejo estaba muy bien preparado, estoy seguro que usaron la tradicional manteca de cerdo, tenía la textura perfecta, un buen sabor, pero estaba bastante pasado de sal, la sopa de frijoles tenía el mismo problema.
Lamentablemente no puedo comentar muchas cosas buenas de los siguientes tres platos, en sí la carne del Asado de rechupete estaba muy bien preparada, bastante jugosa y muy suave, pero todo lo demás en el plato desconsonaba por completo. Los tres platos estaban acompañados por un arroz nada extraordinario, una ensalada sin ninguna función visual o alimenticia, y papa, pero una papa sin sal. Un toque diferente en los tres platos fue la chiltoma asada, agregaba colorido y estaba muy rica.
De las costillas de cerdo y del puyazo puedo decir las mismas cosas, ambos estaban insípidos, da la impresión que no se marinaron en nada y a pesar de que la carne estaba suave, todo lo demás me desilusionó.
Para consolar a mi paladar pedí dos postres nacionales, icacos y papayas en miel, pero tampoco lograron en mí esa fiesta de sabores que uno espera de las comidas.
Balance financiero, tres personas por C$ 800, lamentable, tomando en consideración que se puede comer mucho mejor con menos dinero.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Fandango: Música y Tapas



Como bien lo dicen ellos mismos en su publicidad Fandango es música y tapas (en buen nica, música y boquitas), ubicado también sobre las ruinas de otro buen lugar, fandango está sobre lo que fue étnico bar, un gran espacio con pista de baile, música en vivo, tarima y pinturas, casi al aire libre y en el centro de Managua, ideal para disfrutar en pareja, pues es muy tranquilo e intimo.
La primera impresión fue muy buena, todas las mesas y sus sillas son diferentes pero mantienen armonía entre sí, quizás un poco incomodas para mis 240 lbs de peso, pero vale la pena por lo que está por venir.
El menú, una pizarra verde con tiza de cal, como el que se usan en la taskas españolas, es breve pero consistente, tortilla española, croquetas de pollo, jamón serrano y chorizo español fueron mi selección para esa noche… quise acompañarlo con vino del fino, pero no tuve el placer pues este solo figuraba en el menú, no es sus bodegas.
La tortilla española llenó mis expectativas, estaba suave, un tanto jugosa y con la papa no muy cocida, como me gusta, con un marcado toque de aceite de oliva, en fin tenía una buena contextura y el punto de sal estaba perfecto, además del hecho de que estaba perfectamente dorada y era agradable a la vista no creo haber probado mejor tortilla de patatas en Managua.
Las croquetas de pollo, doradas por fuera suaves por dentro, con ese sabor que trasciende a la lengua y se te va al corazón, fue lo mejor de la noche.
El chorizo español que depende más de la casa proveedora que del restaurante estaba muy bien y se disfruto a cada rodaja, sin embargo el jamón serrano que si bien es cierto me pareció muy rico, con buena textura, un tanto blanda, con un aroma agradable intenso y equilibrado, y lo suficientemente salado para no llegar a ofender, parecía más jamón selva negra que jamón español.
El servicio un poco lento, pero esmerado, los meseros sabían muy bien que contenían los platillos y los vendieron muy bien, el dueño o gerente se paseó por las mesas con una sonrisa y genuino interés por como la estábamos pasando.
Las porciones son pequeñas pero la calidad compensa este detalle, y su relación con el precio es excelente.
Balance financiero, tortilla española, croquetas de pollo, jamón serrano y chorizo español acompañado con dos cervezas nacionales menos de C$ 600, todo lo anterior para dos.
Para concluir disfruté mucho de mí velada en fandango, la combinación de buena comida, con la música jazz en vivo y la compañía formaron la simbiosis perfecta para descansar, disfrutar y relajar.

martes, 8 de febrero de 2011

Don Parrillon: Cuando la Expectativa supera la realidad.

Don Parrillón, un restaurante montado sobre el esqueleto de lo que fuera un restaurante mejor, Jirafa Joes, aun conserva la ubicación de las mesas del viejo Jirafas, solo que con menos aires acondicionados y mas abanicos, la decoración sin ser exagerada es agradable a la vista, luce limpio y la atención de los meseros es de primera.
La recomendación de la casa fue "Costilla de cerdo a la BBQ", mismas que no estaban en el deshojado menú, su especialidad son los asados, así que este clásico americano acompañado con 4 guarniciones que van desde "papa asada" hasta "yuca en salsa de ajo" creó las expectativa de un suculento almuerzo. La bebida, limonada con soda, fue lo único bueno de la velada, ni muy dulce, ni muy simple, estaba perfecta para refrescar y acompañar la comida.
La ensalada, compuesta entre otras cosas por una nada fresca lechuga morada y rábano con ligero sabor a tierra, aderezada con un muy fuerte vinagre, en mi opinión de manzana, pasó con más penas que glorias en el lapso de espera de las costillas añoradas.
Por fin, después de una moderada pausa llegó el desastre.... Las costillas, especialidad de la casa, estaban exageradamente cubiertas de salsa BBQ, mismas que no podían ocultar la carne en sus primeras etapas de descomposición... si, así mismo, carne en mal estado.
Uno de los meseros se percató de nuestra cara de desagrado e inmediatamente retiró los platos, acto seguido el chef nos ofreció una disculpa, y atribuyó el desastre al proceso de ahumado de la carne... mismo que sigo sin entender.
Para enmendar el error el segundo plato eran dos porciones enormes de costillas, esta vez en buen estado, pero con tanta salsa BBQ que el sabor de la carne de cerdo se perdía en ese mar café. Las Guarniciones estaban bien... a excepción de los frijoles refritos que estaban exquisitos.
En mi opinión, el plato en mención está bien para un lugar que lo cobre a no más de C$ 200.00 por el volumen de la porción y no los C$ 550.00 en que está valorado en Don Parrillón.

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