viernes, 16 de noviembre de 2012

Bar Baro: Completa desilusión

Bar baro, en León, del teatro José de la Cruz Mena 1 C al norte, es un bar con ínfulas de restaurante. El local es súper agradable, con una decoración modesta pero bien ubicada y una magnífica barra de licores, como pocas que he visto. Posee diferentes ambientes, entre ellos, un muy elegante lounge Flor de Caña, y bajo este, otro también elegante, de Marlboro.
El servicio deja mucho que desear, nos sentamos y nadie llegó a tomarnos la orden, desde la mesa hice señas al bartender, quien nos ignoró. Después hice señas a un mesero, que le dijo a otro mesero, que nos tomó la orden, para dársela mal a otro mesero que llegó nuevamente a nuestra mesa a tomar la orden, solo para olvidarla en el camino y tener que regresar.
Pedimos unos batidos de sandía y un mixto de frutas, sencillamente deliciosos, el fuerte de este local definitivamente son las bebidas, pues en otras ocasiones he probado unos espectaculares cocteles, muy bien ejecutados y presentados.

El menú es agobiantemente amplio, desde ensaladas, hasta carnes, pasando por pizzas, hamburguesas y pastas. Ordenamos un espagueti con tomate y albahaca y una pizza Bar baro. El espagueti, a pesar de tener buen punto de cocción, estaba  nadando en aceite y para mi decepción la albahaca era de frasquito y no fresca, matando así todo el aroma y sabor que esta plantita puede ofrecer. La pizza bar baro fue lo peor de la velada, el pan estaba crudo, así como los ingredientes en la superficie que ni siquiera llegaron a dorarse. Los trozos de cebolla y chiltoma que la adornaban  parecían haber sido colocados a última hora, así como los demás ingredientes, de los cuales, solo las aceitunas y los hongos eran rescatables.
Sumemos un mal servicio, con comida deprimente y casi 40 minutos de espera para semejante desilusión, y obtenemos la receta perfecta para no regresar jamás.

Balance Financiero: Dos bebidas, un spaguetti y una pizza  personal C$ 290. Una calidad superior se puede conseguir en restaurantes familiares con menos mesas, menos platillos y más corazón.

viernes, 19 de octubre de 2012

Café Las Flores: Mucho por mejorar

Tomar un café hoy en día se ha convertido en toda una experiencia, es la excusa perfecta para darse un gusto sin sentir que te estás excediendo; sin embargo hay algunas cafeterías que son la excepción a esta regla.
Café Las Flores, en plaza viejo santo domingo, lo tiene todo para excederse, desde muy buen café, hasta una amplia oferta de bocadillos salados, y unos precios por encima del promedio.

El local es elegante y cómodo, debajo de las mesas hay unas peligrosas velas aromáticas, que me parece que están prestas a quemar la primera falda que se les pase por el camino, y sobre ellas los ceniceros más elegantes y menos funcionales que he visto en mi vida.
Pedí a nuestro mesero que me sorprendiera con algún café caliente y sí que me sorprendí cuando me llevó un sencillo cappuccino, esperaba un poco más de audacia de su parte. Muy bueno, de sabor intenso y prolongado, ligeramente ácido, con mucho cuerpo, definitivamente un muy buen café.
Lástima que me lo sirvieron en un vasito descartable, casi una invitación a que me fuera del lugar.
Para acompañarlo ordenamos una Crepa de espinaca y alcachofa, un Panini Florisien y un Dip de espinaca y alcachofa, que no era más que el relleno de la crepa con pancito tostado, bastante bueno, ligeramente salado y para nada empalagoso, aunque con algunas molestas cortezas de alcachofa.  La crepa en cambio, a pesar de tener tan delicioso relleno, estaba fría, así que me limité a cortar los bordes y comer el interior (con pancito tostado). 
El panini estaba muy bueno, la combinación de mostaza y miel de abeja siempre me ha parecido muy acertada, y si a esto le sumamos un jamón de muy buena calidad, queso brie y pan fresco, el panini fue el héroe que llegó al rescate de Café las flores.
El servicio no es malo, pero le falta entusiasmo, la comida tampoco es mala pero le falta supervisión, Café Las Flores lo tiene todo para ser el mejor café del país, pero carece de corazón.


Balance Financiero: Un café, un pannini, un dip, y una crepa C$ 590


sábado, 29 de septiembre de 2012

Vigorón de la Abuela: Que me las peguen pero que no me dejen

Una señora lleva 11, otro señor 7 en la fila hay otro más de 7  y atrás de él unas 15 personas esperan su turno. No, no están regalando nada, esos son los vigorones que han pedido donde doña Teresa Sánchez, “el vigorón de la abuela” como se le conoce aquí frente al hotelito Kelly, por el centro comercial Managua, y esto que apenas llevo un minuto sentado esperando que llegue mi “ servido con cacao”.  No sé cómo empezar esta entrevista, el movimiento es tan grande que me da pena interrumpir, le digo que quiero entrevistarla, que a qué hora puedo regresar, ella se encoje de hombros, a las 11:30 me dice … veo el reloj, apenas son las 8:30.
Doña Teresa es bajita, de lentes, con brazos fuertes, tienen que serlo pues ella se encarga de servir los frescos, “unos 200 al día” me comentaba más tarde, y para eso hay que quebrar los enormes trozos de hielo. Un poco más adelante, montada en un banquito, está doñaJuana Castellón, su cuñada, ella sirve los vigorones, casi no levanta la vista, no puede, tiene que empacar 28 vigorones en solo 3 clientes, y la fila crece.
Empezamos hace más de 40 años, antes estábamos por la calle colón, allí empezó mi mamá, para el terremoto nos venimos para acá. – dijo por fin, cuando pudo sentarse, ya rayando las 12 del día.

Para doña Teresa el día no empieza ni termina, después de cerrar va para el mercado, al huembés o al oriental a buscar el chicharrón. – Unas 30 lbs – dice – yo misma lo escojo, chicharrón que esté tieso y bien pelado no.


La ayudan su hija y la hija de su cuñada, ellas están pelando la yuca mientras sus madres están vendiendo. - dos sacos de yucas – dice doña Teresa.
Al llegar a su casa entre hacer las cuentas después cocer la yuca, hacer los frescos y la ensalada, fácilmente le da la media noche.

Sin embargo, la dureza del trabajo no hace mella en su buen humor, siempre esta sonriendo y los clientes habituales bromean con ella. 

¿A 25 los vigorones verdad Teresa? – Le dijo un señor.
30 papito si ya sabés cuánto valen, estos no son vigorones solidarios – responde ella siguiendo la broma.
Me das 5 Teresa, me pones tres en una bolsa y dos en otra – dice otro señor.
Mmm ¿y esos otros dos? ¿Son para la otra casa? – Responde ella, - Ya te dije, relájate, pero no hagas relajo.

Así transcurre la mañana, un ajetreo constante entre risas, vigorones y frescos.
¿Te vas a lavar las manos muchachito? – le dice teresa a un señor, y este pone las manos sobre un balde mientras ella con una panita deja caer agua, igualito como cuando nos lavaban las manos de chiquitos.

Ya casi al medio día Teresa anuncia  - solo hay 20, a ver contemos, cuantos llevas vos? Y vos cuantos?, hasta la muchacha de morado llego, de allí  no hay más.

La fila protesta, unos se van acongojados, otros se quedan esperando que quizás sea un mal cálculo y que hayan más de 20

-          Véndame uno a mi - dice una señora que llegó tarde

Amor, de donde?, ya no hay!!. – Responde Teresa con un pesar auténtico - sentate y vamos a ver si queda algo, pero no te prometo nada

Teresa  hace lo mejor para que sus clientes sean bien atendidos, desde escoger los mejores materiales, limpiar las bancas donde comen uno al lado del otro, echar creolina en el piso de vez en cuando, lavar las manos de los que se lo piden.
Hay otros vigorones en Managua, Teresa lo sabe  -Dicen que hay uno bueno por La Salle – me comenta ella – Dicen que hasta es hermana mía, yo le digo a mis clientes que vayan y prueben, eso sí, que me las peguen pero que no me dejen!!!!


viernes, 28 de septiembre de 2012

La Casserole: Un verdadero tour gastronómico

Escribir sobre La Casserole, en el km 13.8 de la carretera sur, ha sido por mucho una de las tareas más difíciles que he tenido, pues las emociones que evocan el recuerdo de los platillos degustados son muchas y agradables, y las palabras  para plasmarlas se me quedan cortas.
Situado en lo que fue una finca cafetalera, La Casserole ofrece un  menú exótico y bien pensado que armoniza con la música New Age y la vegetación exuberante y colorida que nos rodea, la disposición del restaurante permite la libre circulación de aire, lo que hace que el clima en el interior sea siempre fresco.
Como entrada ordené un Tiradito de pulpo, pequeños filetes de pulpo de textura agradable, matizados con ligeros toques de aceite de oliva y mayonesa, con un penetrante sabor a aceituna y adornado con una vistosa salsa de perejil picado y aceite, además de  una misteriosa salsa negra y dulcete que provocaba el contraste visual y balanceaba la mezcla de sabores.
Como plato fuerte ordené Salmón rustico en salsa de cangrejo, acompañado con puré de camote, espinacas salteadas y dos trazas de salsa de remolacha molida, interesante combinación de sabores (y colores; amarillo, verde, rosa, salmón y magenta), que lejos de distanciarse se complementan, ofreciendo al paladar un deleite exquisito, jugoso y de múltiples texturas.
El servicio me pareció muy informal y desorganizado, pues tres meseros vinieron a tomar mi orden, el conocimiento de los platillos es muy escaso,  y uno de los meseros hasta mencionó la frase “no se los recomiendo”, refiriéndose a uno de ellos.
Para concluir, el tour por Sudamérica y oriente (pues también ofrecen sushis) que recibí en La casserole, superó por completo mis expectativas, confirmando así el lugar que se ha ganado en el boca a boca  de las redes sociales.

Balance Financiero: Un tiradito de pulpo, un salmón rustico y una bebida, para una persona C$ 590 (Aprox. US$ 25), un buen precio, acorde a la calidad recibida.

viernes, 31 de agosto de 2012

Restaurante La Ola Verde: Para todos los gustos.

Tengo ciertos prejuicios por las pizzas y la comida vegetariana, por eso cuando me recomendaron ir a Restaurante Ola verde, y me mencionaron el concepto, vacilé en tomar una decisión.
El menú es súper amplio, y la gran sorpresa,  es que también venden carnes, pescados, pollos, pastas, y muchas otras opciones para degustar, no solo vegetarianas.

El local, de la primera entrada a las colinas 1 C arriba, es muy elegante y confortable, me gusta que podes moverte entre la pastelería en la entrada, la cafetería en un rincón, una tienda de bellísimas plantas al fondo y la tienda orgánica a la izquierda, todo un recorrido interesante, único y diferente, que invita a descansar un par de horas mientras se lee un buen libro en las sillas de hoja de plátano trenzado de la terraza y disfrutas de Nina Simone como selección musical. 
Ordenamos unos deliciosos batidos de sandía con hierba buena y otro de apio con piña y naranja, usaron únicamente las frutas como endulzante natural, deliciosos, refrescantes y hasta vigorizantes.
Como entrada ordenamos un carpaccio de res y un gazpacho de tomate, la presentación es sencilla, pero el sabor es espectacular. El carpaccio, que puede resultar un poco ácido para aquellos de paladar sensible, venía ligeramente condimentado con pimienta, la infaltable alcaparra y una novedosa arugula verde, de sabor mitad amargo, mitad picante, que se dejaba llevar en buenos términos con la carne, rosada y fresca, una combinación de sabores exquisita sin duda alguna.
El gazpacho me encanta por su cualidad refrescante, este fue presentado en grumos y no licuado, con bastante jugo del tomate fresco, pepino, apio, ajo, aceite de oliva y un ligero toque de vinagre balsámico o vino, una mezcla sencilla y deliciosa.
Como platos fuertes ordenamos una Lasaña de pollo y Filete estilo Ola Verde, la lasaña no me gustó pues venía sobre cargada de un apabullante queso madurado que opacaba por completo a los demás sabores. El filete en cambio fue toda una revelación, presentado con un sencillo puré de quequisque, vegetales al vapor y una deliciosa salsa dulcete, hecha por una reducción de vino tinto y romero, cuyo principal objetivo fue el de potenciar el sabor de la carne. Si buscan un sabor más intenso, quizás esta no sea la opción más adecuada.
El cierre fue delicioso sin duda alguna, pues un chesse cake de maracuyá, esponjoso y con el equilibrio perfecto de dulzura, que nunca llega a empalagar, cerró silenciosamente un muy buen almuerzo, con la mejor compañía, en un buen lugar.

Balance Financiero: Dos entradas, dos platos fuerte, dos bebidas y un postre C$ 840, aprox US$ 35

      

viernes, 24 de agosto de 2012

Barra and grill K50: Altos y bajos

Aunque al frente del edificio hay un mojón que marca K50, este bar no queda en el kilómetro 50 de ninguna carretera, si no de los semáforos de linda vista 1C. abajo y 4 al lago. Mitad ranchón, mitad sport bar, K50 0frece 3 ambientes separados solo por desniveles, y bien diferenciados por las sillas altas cerca de la barra, las bajas cerca de los baños y las plásticas a la entrada.
 Hay dos esquinas diagonalmente separadas, una para los fanáticos del Barcelona y otra para los del Madrid, aunque se percibe una marcada inclinación al club catalán, pero lo que más me gustó es que justo sobre la barra, en un lugar privilegiado, están las camisetas de los clubes nacionales de futbol.
Hoy la música estuvo muy buena, con rock latinoamericano sonando a un volumen moderado, pero ha habido días en los que me he tragado 3 horas continuas de mal hip-hop. El servicio es muy bueno, ha mejorado últimamente, los meseros están pendientes de tus necesidades y comodidad.
Ordené una michelada y unos nachos de pollo. De la michelada puedo decir que es hecha en casa y por lo tanto más rica, bien cargada de condimentos, así que puede caer pesada a aquellos de estómago sensible. Los nachos de pollo en cambio estuvieron muy malos, todo parecía ser del día anterior, desde el pollo hasta la ensalada, y aunque debo admitir que he probado otras ediciones más glamorosas del mismo, el de hoy dejó mucho que desear.
El ambiente  acá es muy bueno, siempre hay gente riendo, es un estimulante natural, pues el buen ánimo de los demás se contagia y prevalece a pesar de otras cosas.
K50 es como para dejar el estrés de la semana e ir a tomar unos traguitos con los compañeros de trabajo.

Balance Financiero: Una michelada y unos nachos de pollo C$ 264

viernes, 8 de junio de 2012

El coche café: La oficina ideal

El Coche café, frente a Pricemart, se parece más a una oficina que a una cafetería, las conversaciones de las diferentes mesas parecen ponencias sobre productos y estrategias comerciales, debo confesar que yo me detuve acá pues deseaba escribir unos correos antes de ir a mi casa. Sin embargo no puedo dejar de mencionar  que a pesar de este detalle, que se hace menos evidente al entrar la noche,  coche café tiene una oferta interesante dentro del barismo nacional. El menú, a tiza, pulcro y multicolor, se mueve entre el tradicional café americano, hasta elaborados machiatos, mocas y otras bebidas interesantes y nuevas para mí.
Muy a mi pesar las cafeterías que he visitado hasta el momento tiene una oferta muy limitada en cuanto a platos salados, es por eso que un panini de jamón y queso, fue la más atractiva de las dos únicas opciones de bocadillos salados, y debo decir que quizás fue la más acertada.
El pan no estaba mal, pero combinado con un queso mozzarella de buena calidad, tomate fresco, jamón Virginia y albahaca fresca, dieron paso a  un bocadillo sutilmente delicioso, donde los sabores en vez de mezclase se presentaban de uno a uno hasta terminar en albahaca fresca que permanencia en el paladar hasta que un sorbo de mi Latte lo borraba completamente.
El café es muy bueno, recomiendo (si piden latte) tomarlo sin azúcar, pues no es extremadamente amargo y de esta manera prolongamos su sabor en el paladar.
El servicio se hace por completo detrás de un mostrador, sin embargo es muy bueno, el joven de la barra, un tipo pilas puestas, con un corte a lo rockstar, imprime entusiasmo a su trabajo y esmero en la preparación del café. Hacer un buen café va más allá de accionar la maquinita.
Mientras suenan los Beatles yo me voy a tomar otro rico cafecito y tararear “All you need is love tuu turururu”

Balance Financiero: Un Latte grande y un panini de jamón C$ 185, propina no incluida. ( Aprox. US$ 8 ) 

sábado, 26 de mayo de 2012

Café la Dolce Vita: Mejor dulce que salado.

En el centro comercial camino de oriente, en el modulo B18 se encuentra ubicado café La Dolce vita,  un lugar que contrasta radicalmente con la turbulenta película de Fellini  de 1960 que lleva el mismo nombre, pues la tranquilidad de sus dos ambientes permiten disfrutar de un café y cigarrillos al mejor estilo bohemio en las mesas de afuera, o si lo  prefieren conectarse con sus laptops en el interior, en cualquiera de ellos se sentirán cómodos y bien atendidos, pues el servicio es oportuno sin llegar a sofocar.

El café en La dolce Vita es de los mejores que he probado en Managua, tiene esa característica de permanencia, de trascender más allá del paladar y conseguir ese efecto estimulante que para algunas religiones es considerado pecado, así que el capuchino que ordené llenó por completo mis expectativas.
Ordené, además del capuccino, un sándwich pesto, que lamentablemente no es el fuerte de la casa. El pan del sándwich era fresco, no así el pesto que carecía por completo del sabor y aroma penetrante de la albahaca y solo contribuyo a agregar colorido, el queso era memorable por su cantidad y no por su calidad, lo único rescatable fue el jamon virginia con un toque ligeramente dulce. Definitivamente acompañarlo con papitas Lays de bolsita no fue lo más acertado pues no concordaba con el concepto, que pudo ser interesante, pero el resultado final fue una verdadera desilusión.
Por visitas anteriores puedo decirles que los postres son muy ricos, definitivamente deberían concentrarse en esa línea solamente y dejar los platillos a otras personas.
Balance Financiero: Un capuccino y un sándwich pesto C$ 257.

viernes, 18 de mayo de 2012

Bar Justo Rufino Garay: Bohemian Rhapsody


Aquí el arte no solo se siente, se ve, y los artistas, más aún. Hablo del bar del Teatro Justo Rufino Garay, contiguo al parque Las Palmas.  Las combinaciones más estrafalarias de peinados y ropas armonizan muy bien con la decoración del lugar: recortes de periódicos, fotos de viejas presentaciones, vestuarios, y hasta los zapatos de Bob Patiño son los adornos que sobre salen en las paredes. Las mesas están pintadas de todos los colores y con fragmentos de poemas sobre ellas, las sillas  parecen de escuelita, grandes reflectores nos miran desde el techo.
 Al ambiente de bohemia se suma la música andina y el son nica con el que una banda anima la velada, tocan con pasión, con el alma en las cuerdas. Es cuando ellos descansan que empieza el otro  espectáculo,  dos clientes empiezan a acosar a la mesera, uno de ellos es un campesino tosco, el otro un “chico bien”,  los dos son unos misóginos, la mesera se cansa y los manda a la calle “La mierda apesta igual sin importar donde la caguen” les grita, todos aplaudimos,  son los estudiantes de teatro que acaban de montar una obra.
Cuando el hambre aprieta es hora de ordenar unas tajadas con queso y dos ranchitas, el menú no es muy variado… tampoco es el mejor del mundo, y las tajadas con queso eran más bien “olvidables”, pero al Justo Rufino no se llega a comer, no es para eso que estábamos allí, bastaron con las cervezas bien frías, 4 mini obras de teatro improvisado y las canciones en vivo que todos nos sabíamos y que en un momento empezamos a corear.
Balance Financiero: Entrada C$ 30, cervezas C$ 25, Tajadas con queso C$ 40.


sábado, 12 de mayo de 2012

Casa del Café: Víctima Comercial.

Que un negocio al momento de crecer y abrir nuevas sucursales, logre transmitir su esencia debería ser la prioridad para los dueños de establecimientos de servicio.Un caso interesante, que no sabe el secreto, es casa del café, pues su local de Altamira contrasta radicalmente con sus hermanos de centros comerciales. Si bien es cierto los estándares de servicio son los mismos, el menú es igual, y los precios se mantienen, los locales de los centros comerciales sucumbieron ante la visión mercantilista de la expansión, ofreciéndonos una imagen prefabricada que contrasta radicalmente con la versión más íntima y artesanal que le precedía.
La casa del café, en su versión de centros comerciales,  dejó de ser un lugar para detenerse a conversar, leer algo o simplemente tomarse un descanso, la nueva decoración y el servicio tan urgido, parecen una invitación a comer rápido y marcharse para dar paso a los nuevos clientes que esperan poder usar  tu mesa.
Esta sensación no se percibe en su local de Altamira, el original, pues la idea de estar en una casa de finca, rodeado de plantas, al aire libre, no ha sucumbido ante las técnicas de mercadeo aplicadas en los malls, y espero nunca lo haga.
La calidad tampoco es la misma, salvo el chesse cake que ahora está más esponjoso y más rico, los demás platillos han decaído considerablemente y ni mencionar la calidad del café, que está bastante lejos de ser el de la referencia que fue en otros tiempos.

Balance Financiero: un cappuccino, un latte y un surtido dulce C$ 168.00

sábado, 28 de abril de 2012

Café La Folié: Un rinconcito de Paz.

Las cafeterías son, en mi opinión, un lugar donde te alejas del ajetreo de la vida cotidiana y te desconectas de todo, donde podes disfrutar un buen café mientras te perdés en tus propios pensamientos, creas nuevas ideas, o escribís artículos como este.
Esta cualidad de transportarte a un remanso de tranquilidad la encontré en Café La Folie, frente al club terraza, donde todos los elementos que lo componen, espacios, iluminación, atención y calidad de los platillos, se conjugaron para ofrecerme ese relax que tanto estaba necesitando.
Decidí disfrutar de un cappuccino bajo la protección de un árbol de Chaperno, que estaba curiosamente iluminado por unas lámparas botella que creaban una atmosfera tan romántica en el que casí me sentí mal por haber ido solo.
Mi cappuccino tenía las 2 cualidades que me gustan más de un buen café, suave al paladar y al mismo tiempo vigorizante, con un ligero toque acaramelado, consecuencia de ser endulzado con azúcar morena. Como un café no es suficiente y dos son demasiados, ordené un latte y para acompañarlo unas brushetas de mozzarella. Las brushetas estaban exquisitas, pan fresco cubierto por tomate en trozos, mozarrella fresco rayado y un muy aromático pesto, todo magistralmente unido con un ligero toque de vinagre balsámico. Ingredientes que trabajaron de la mano para ofrecerme un bocadillo interesante, cargado de sensaciones prestas a ser descubiertas en el paladar. 
Del servicio puedo decir que es esmerado pero lento, no me hicieron recomendaciones a pesar que el menú es muy amplio y variado, ademas mi brusheta tardo 30 minutos en llegar a la mesa, y si bien es cierto el pesto era recién hecho, la advertencia del tiempo de espera no hubiese estado de más.
En Café La Folié encontré mi rinconcito de paz, donde trabajar cómodamente y sin interrupciones, en un ambiente elegante y relajado. 

Balance financiero: un cappuccino, un latte y una brusheta de mozarrella C$ 300.

sábado, 7 de abril de 2012

Conchas vivas en Pasocaballos: Frescura garantizada.

Comer conchas vivas en Pasocaballos es una experiencia que va más allá de lo gastronómico y trasciende hasta lo folklórico.
En la propia entrada a la playa están doña Luisa Rostrán y doña Concepción Arteaga, que ironía, doña chonchita. Son primas y entre las dos suman casi 30 años vendiendo conchas vivas, en el mismo ranchito donde siempre han estado su mama y su abuela.

Acá todos somos familia – dice la Luisa – Esa es mi mama, aquella mi abuela, esta es mi prima – dice señalando a la Concepción con el dedo - vendemos aquí desde hace como 30 años.
Afanada, doña Concepción abre las conchas con una cabeza de hacha, roída por el óxido, mientras continúo mi plática con la Luisa.
A veces nos vas bien - me dice la Luisa - vendemos unos 20 cocteles cada una, pero ahorita esta malo, con costo 4.
Pedí mis conchas vivas "a la virgen", que es una docena de conchas abiertas, con nada más que todo su sabor y limón.
Desde el ranchito el mar no se ve, pero su brisa refrescante llega con fuerza y el ruido de las olas pegando contra las piedras parece un arrullo.
Empezamos desde las 8 de la mañana – me dice la Luisa – y nos vamos como a las 6 de la tarde. Mi mama viene desde las 5 de la mañana, ella compra las conchas. Diario se compran.
Les dejo caer limón para ver como se mueven.
¡¡ Si no se retuercen me las regresan !! – Dice la Luisa soltando una carcajada.
Se comen de un bocado, llevando la concha a la boca y chupando su contenido de un tirón, su textura es cartilaginosa y hasta se les escucha crujir cuando se les muerde … pero solo cuando están frescas.

La Luisa ya no está platicando conmigo, se fue con su mamá a hablar de la novela, y uno que otro chisme. La vida aquí pasa sin prisa, de igual manera me como mis conchas, disfrutando cada bocado con infinito placer.

Balance financiero: Una docena de conchas vivas C$ 50. Por cierto, pueden comprar conchas vivas en los ranchones frente a la playa, pero allí valen C$ 100 y las mandan a comprar donde la Luisa.






sábado, 24 de marzo de 2012

Restaurante La Campana: Resonando en el corazón

Bello Horizonte es, en mi opinión, la Nueva York de Managua, no por los enormes rascacielos, si no por la diversidad cultural que merodea en el vecindario, producto de las migraciones desde otros departamentos a la capital. Aquí encontramos muchos establecimientos costeños que nos regalan ese sabor caribeño que por ley los nicaragüenses deberíamos conocer y amar. Existen muchos lugares para desayunar, poco conocidos, pero bien tradicionales, así como restaurantes mexicanos, grandes franquicias internacionales y uno que otro restaurante campestre, de esos que nos  invitan a quedarnos “agarrando el fresco”. Uno de estos, La Campana, de la rotonda 50 mts al norte, se ha quedado sonando en mi cabeza y haciendo eco en mi corazón.

Es raro encontrar en Managua un restaurante tan grande como este, diseñado para fines de semana en familia, para dejar el estrés de la semana en la oficina y despreocuparse hasta del carro, pues posee parqueo interno, seguro y bien vigilado. A pesar del tamaño, el servicio es quizás, el mejor que he visto en el país. Las recomendaciones de los meseros se basan en un conocimiento amplio de su menú y en la forma en que se prepara, y su atención va mas allá de simplemente tomar la orden y llevar la bandeja, pues al verme peleando con un elegante y poco funcional salero, éste fue reemplazado por uno menos elegante y más práctico sin siquiera hacer ademán de pedirlo.
Ordenamos un Churrasco Campana y Filete tacón alto. En ambos la carne estaba tierna y jugosa. El churrasco, ligeramente ácido y aromatizado por el carbón, que se dejó integrar como si fuese un ingrediente más en esa rapsodia de sabores, fue lo mejor de la selección. El filete tacón alto, a pesar de no ser carne de exportación, como el churrasco, estaba exquisito. Un corte grueso cargado de jugos, aroma y color, virtudes que despiertan mis básicos instintos y reafirman mi condición de carnívoro. Ambos venían acompañados con papas, ensalada y arroz, mismo que estaba recocido y simple, y una salsa a base de maicena, hongos y caldo de res, que lamentablemente se les ahumó. Pero en honor a la verdad estos reveses no hacen mella en lo mucho que disfruté mi almuerzo en La Campana, pues reitero, la carne por sí sola logró ponerme en contacto con el ser primitivo que llevo dentro de mí.
Me encanta cuando un restaurante incluye dentro de sus postres aquellos dulces que conocemos desde la infancia, asi que escogí los buñuelos, mismos casi pesan como un almuerzo, calientitos, tiernos por dentro, crujientes por fuera… exquisitos.

Para cerrar y quedarme agarrando el fresco, me recliné en mi silla disfrutando de mucho cuerpo, sabor y aroma, 18 años de placer absoluto encerrados en un vaso, Ron Flor de Caña Centenario, disfrutándolo como debe ser, sin prisa, el broche de oro para una tarde de descanso bien merecida.

Balance Financiero: Dos platos fuertes, dos bebidas, dos postres C$ 850

lunes, 20 de febrero de 2012

Restaurante Las Brasas: Un verdadero sobreviviente

Camino de oriente fue por muchos años el lugar más “in” de toda Nicaragua, allí estaba el legendario Lobo Jack, el bolerama, los cinemas y muchos restaurantes de los que actualmente sobreviven muy pocos. Uno de esos sobrevivientes es Restaurante las Brasas, estratégicamente situado en un rincón, alejado del tránsito regular de la calle principal, atrás de lo que antes eran los cinemas y hoy es un supermercado. Las Brasas casi no ha cambiado nada en los últimos 15 años, y es que parte de su encanto es conservar ese estilo campestre en medio del paisaje urbano que lo rodea.

Ordenamos una Chorizada, dos refrescos naturales y una “Fauna”. La chorizada estaba bastante bien, los mejores eran los tres chorizos criollos que podían disfrutarse envueltos en una tortilla y con un poquito de pico de gallo. Los chorizos argentinos en cambio estaban insípidos y ni con mostaza, pico de gallo o solos, fueron un digno adversario para los criollos nicaragüenses, que apertrechados con sus característico sabor a achiote, dejaron el marcador Nicaragua 3 – Argentina 0.
La Fauna es una muy buena combinación de res, cerdo y pollo, acompañados de tostones, ensalada y un delicioso caldo de pollo como entrada. El caldo tenía un embriagante sabor a hogar, bastante aromático, un tanto espeso y con un magistral punto de sal.
Los tostones, aunque parecen fáciles, no son para cualquiera, y aquí en las Brasas manejan a la perfección el arte de cocinarlos. De las carnes mi favorita fue el cerdo, bien jugoso y un tanto grasoso, marinado en naranja agria y achiote lo que le dio un interesante sabor que aun en este momento recuerdo con agrado.  La res en cambio además de estar un poco seca, tenía un punzante sabor ácido que después de dos bocados resultó molesto, tanto así que rápidamente la cambié por el pollo quien a pesar de ser pechuga, tenia mas sabor y presencia que la desafortunada res.
El servicio siempre ha sido bueno, Gabriel, nuestro mesero, tenía un sorprendente dominio del menú y de los tiempos de preparación de cada platillo además nos atendió con amabilidad, prontitud y esmero.
El ambiente es ameno y bullicioso, ideal para cuando quieras conversar con amigos, hacer bromas, reír y dispongas de poco presupuesto para ello, pues es de los restaurantes más económicos de la zona, donde  la relación calidad-precio está muy bien balanceada.

Balance Financiero: Una Chorizada, una fauna pequeña, dos refrescos naturales, todo esto para dos,  C$ 444. ( Aprox US$ 19 )

sábado, 28 de enero de 2012

Terraza Cevichera: Que viva la playa!!!

La terraza cevichera, de monte de los olivos 1 al lago 1 abajo, ofrece verdaderas maravillas culinarias escondidas detrás una fachada simple y poco decorada. El local es muy diferente de cómo lo conocí hace 13 años, pues en esa misma casa estaban las serias oficinas del que fue mi primer trabajo.

Hoy la animan música del recuerdo, cervezas bien frías y maravillosos platillos que te transportan de inmediato a tu playa favorita, tanto así que los otros comensales vestían sus ropas de verano, como si estuviesen relajándose en un ranchón frente a la costas de pasocaballos.

Ordenamos Ceviche de la casa, almejas al vapor y ensalada de la casa, cada platillo mejor que el anterior, las almejas al vapor estaban deliciosas, limpias, sin rastros de arena, con una mezcla de sabores especiales dados por la cebolla morada y el culantro que combinaban muy bien con el aceite de oliva que magistralmente los unía en un todo, y en el fondo un ligero toque de chile que añadía picardía y dibujaba una que otra sonrisa.

La ensalada de la casa, igualmente deliciosa, venía con una combinación de camarón y pulpo sobre una cama de lechuga, cebolla morada, chiltoma en trozos, aceitunas negras y ajonjolí, aderezados con aceite de oliva y vinagre balsámico, sublime, a pesar de que los camarones estaban un tanto insípidos, el pulpo se robo el show y fue el verdadero protagonista.
El ceviche de la casa, lo mejor de todo, una original pieza gastronómica, cargada de sabor tropical. Pescado en jugo de maracuyá con leche de coco y cebolla morada, siempre con chiltoma en trozos que ofrecían un festín a la vista y al paladar, espectacularmente delicioso. Lamentablemente fue mi compañía y no yo quien ordenó el ceviche, así que estoy  en la maravillosa obligación de regresar y pedirme uno para mi solito.

El servicio es bueno, las porciones son grandes y aunque el mesero no sabía nada de los platillos que nos ofrecía, logramos ordenar piezas originales de inigualable calidad.
Balance Financiero: Un ceviche de la casa, una ensalada de la casa, unas almejas al vapor y dos cervezas nacionales C$ 420, la propina es voluntaria y no cobran IVA.

lunes, 9 de enero de 2012

Pulpo a la gallega


La receta tradicional lleva ademas del pimentón dulce (paprika),  pimentón picante, pero por cuestiones de gusto no lo usé en esta receta.
Un amigo chef me dijo una vez "uno le pone a su comida lo que a uno le gusta ", así que por eso no le puse pimentón picante, ají o chile.

Contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Síguenos!!!