lunes, 27 de abril de 2015

Jimmy Three Fingers: Good Bye Suerte Irlandesa.

Cuando un nuevo restaurante se mueve dentro del mundo twitter como lo ha hecho Jimmy Three fingers, es casi una apuesta segura comer allí. Y no es que los twitteros sean dueños de la verdad absoluta, pero esos 140 caracteres no pueden ser desperdiciados en palabrería barata. Así que entre los twitteros, mis lectores y la curiosidad de que si Jimmy tiene o le faltan tres dedos, enrumbe de tica Bus  1 arriba 1/2 al sur, para descubrir con cierto desagrado que sobre la tumba de dos duendes irlandeses se alza el buen Jimmy. Hablo de Shannon Bar, famoso allá por 1998 y del  poco o nada célebre Irish Pub. De ambos solo tengo recuerdos del viejo juego de dardos, que aún sigue en el mismo sitio más de una década después, la impagable cerveza Guinness y de una chica que me gustaba y a la que tuve que soportarle su patético novio.

En Jimmy three fingers rompen por completo con los esquemas de la decoración, nada combina con nada, pero hay de todo para todos.  Como que si el espacio está diseñado para no ser excluyente, un lugar donde una pareja romancea en una esquina, mientras otra pelea a solo tres mesas, donde los elegantes oficinistas hacen una parada técnica después del estrés del trabajo, mientras los artistas de teatro se estresan entre sus propios egos. Un lugar donde lo más importante pasa en la cocina y en el corazón de sus comensales.
El servicio va más allá de un simple buenas tardes y poner el menú sobre la mesa. Es estar realmente interesado en las necesidades de los comensales, de cómo la están pasando y de que se puede hacer para estar más cómodo, el dar esa milla extra que te invite a regresar. Y en este tema, Eduardo, nuestro mesero, es un experto.
El menú, maltrado por el uso, esconde verdaderas maravillas de la tierra de Forrest Gump, Alabama. Y aunque me moría de deseos de probar alguna de las recetas de camarones de las que hablaba Bubba, sucumbí ante la presión de mis lectores y ordené Costillas de Cerdo San Luis y Lomo de cerdo al romero. El lomo de cerdo al romero es un plato digno de repetir, los aromas del romero, el ajo y la carne como tal, despertaron en mi primitivas pasiones. No se dejen engañar por su soberbia presentación, ese trozo de carne jugosa, tierna y aromática solo tiene un único fin, despertar al carnívoro que llevas dentro. Pero no todo es carne y más carne, el lomo de cerdo viene acompañado con una deliciosas zanahorias cocidas con azúcar, cuyo maridaje con la carne, sus aromas y el ligero toque amargo del romero, es simplemente sublime.
Las costillas son de las mejores que he probado en Managua, y a riesgo de ser vilmente vapuleado por los twitteros, no puedo decir que son las mejores de mi vida, sin embargo por su precio, se llevan con creces los laureles. En mi caso, las costillas estaban recocidas, por lo que gran parte de la ternura característica de este platillo se perdió con la cocción, pero todo el conjunto era un carnaval en el paladar, las cantidades precisas de salsa BBQ, lo suficiente como para no opacar la carne como tal, y una espléndida ensalada de papas y cebolla, hicieron de mi cena una experiencia digna de dar a estas costillitas una bien merecida segunda oportunidad.
Una aura mágica envuelve este lugar, parece un cuento surrealista donde el buen Jimmy monta su negro corcel y alarma las alarmas de cuanto carro se encuentre estacionado, al sentir la vibración del potente motor Harley Davison  alejándose al atardecer, mientras su  escudero el buen Eduardo, el psíquico que se anticipa a tus deseos, custodia ese pedazo de Alabama en Managua.

Balance Financiero:  Un lomo de cerdo, unas costillas san Luis y dos cervezas nacionales C$ 520

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