Bar baro, en León, del teatro José de la Cruz
Mena 1 C al norte, es un bar con ínfulas de restaurante. El local es súper
agradable, con una decoración modesta pero bien ubicada y una magnífica barra
de licores, como pocas que he visto. Posee diferentes ambientes, entre ellos,
un muy elegante lounge Flor de Caña, y bajo este, otro también elegante, de
Marlboro.
El
servicio deja mucho que desear, nos sentamos y nadie llegó a tomarnos la orden,
desde la mesa hice señas al bartender, quien nos ignoró. Después hice señas a
un mesero, que le dijo a otro mesero, que nos tomó la orden, para dársela mal a
otro mesero que llegó nuevamente a nuestra mesa a tomar la orden, solo para
olvidarla en el camino y tener que regresar.
Pedimos
unos batidos de sandía y un mixto de frutas, sencillamente deliciosos, el
fuerte de este local definitivamente son las bebidas, pues en otras ocasiones
he probado unos espectaculares cocteles, muy bien ejecutados y presentados.
El menú es agobiantemente amplio, desde ensaladas, hasta carnes, pasando
por pizzas, hamburguesas y pastas. Ordenamos un espagueti con tomate y albahaca
y una pizza Bar baro. El espagueti, a pesar de tener buen punto de cocción,
estaba nadando en aceite y para mi decepción la albahaca era de frasquito
y no fresca, matando así todo el aroma y sabor que esta plantita puede ofrecer.
La pizza bar baro fue lo peor de la velada, el pan estaba crudo, así como los
ingredientes en la superficie que ni siquiera llegaron a dorarse. Los trozos de
cebolla y chiltoma que la adornaban parecían haber sido colocados a
última hora, así como los demás ingredientes, de los cuales, solo las aceitunas
y los hongos eran rescatables.
Sumemos
un mal servicio, con comida deprimente y casi 40 minutos de espera para
semejante desilusión, y obtenemos la receta perfecta para no regresar jamás.
Balance
Financiero: Dos bebidas, un spaguetti y una pizza personal C$ 290. Una
calidad superior se puede conseguir en restaurantes familiares con menos mesas,
menos platillos y más corazón.