Situado en lo que fue una finca cafetalera, La Casserole ofrece un
menú exótico y bien pensado que armoniza con la música New Age y la
vegetación exuberante y colorida que nos rodea, la disposición del restaurante
permite la libre circulación de aire, lo que hace que el clima en el interior
sea siempre fresco.
Como entrada ordené un Tiradito
de pulpo, pequeños filetes de pulpo de textura
agradable, matizados con ligeros toques de aceite de oliva y mayonesa, con
un penetrante sabor a aceituna y adornado con una vistosa salsa de perejil
picado y aceite, además de una misteriosa salsa negra y dulcete que
provocaba el contraste visual y balanceaba la mezcla de sabores.
Como plato fuerte ordené Salmón rustico en salsa de cangrejo,
acompañado con puré de camote, espinacas salteadas y dos trazas de salsa de
remolacha molida, interesante combinación de sabores (y colores; amarillo,
verde, rosa, salmón y magenta), que lejos de distanciarse se complementan,
ofreciendo al paladar un deleite exquisito, jugoso y de múltiples texturas.
El servicio me pareció muy informal y desorganizado, pues tres
meseros vinieron a tomar mi orden, el conocimiento de los platillos es muy
escaso, y uno de los meseros hasta mencionó la frase “no se los
recomiendo”, refiriéndose a uno de ellos.
Para concluir, el tour por Sudamérica y oriente (pues también
ofrecen sushis) que recibí en La casserole, superó por completo mis
expectativas, confirmando así el lugar que se ha ganado en el boca a boca
de las redes sociales.
Balance Financiero: Un tiradito de pulpo, un salmón rustico y una
bebida, para una persona C$ 590 (Aprox. US$ 25), un buen precio, acorde a la
calidad recibida.
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