En el centro comercial camino de oriente, en el modulo B18 se
encuentra ubicado café La
Dolce vita, un lugar que contrasta radicalmente con la
turbulenta película de Fellini de 1960 que lleva el mismo nombre, pues la
tranquilidad de sus dos ambientes permiten disfrutar de un café y cigarrillos
al mejor estilo bohemio en las mesas de afuera, o si lo prefieren
conectarse con sus laptops en el interior, en cualquiera de ellos se sentirán
cómodos y bien atendidos, pues el servicio es oportuno sin llegar a sofocar.
El café en La dolce Vita es de los mejores que he probado en Managua, tiene esa característica de permanencia, de trascender más allá del paladar y conseguir ese efecto estimulante que para algunas religiones es considerado pecado, así que el capuchino que ordené llenó por completo mis expectativas.
Ordené, además del capuccino,
un sándwich pesto,
que lamentablemente no es el fuerte de la casa. El pan del sándwich era fresco,
no así el pesto que carecía por completo del sabor y aroma penetrante de la
albahaca y solo contribuyo a agregar colorido, el queso era memorable por su
cantidad y no por su calidad, lo único rescatable fue el jamon virginia con un
toque ligeramente dulce. Definitivamente acompañarlo con papitas Lays de
bolsita no fue lo más acertado pues no concordaba con el concepto, que pudo ser
interesante, pero el resultado final fue una verdadera desilusión.
Por visitas anteriores puedo decirles que los postres son muy
ricos, definitivamente deberían concentrarse en esa línea solamente y dejar los
platillos a otras personas.
Balance Financiero: Un capuccino y un sándwich pesto
C$ 257.