viernes, 31 de agosto de 2012

Restaurante La Ola Verde: Para todos los gustos.

Tengo ciertos prejuicios por las pizzas y la comida vegetariana, por eso cuando me recomendaron ir a Restaurante Ola verde, y me mencionaron el concepto, vacilé en tomar una decisión.
El menú es súper amplio, y la gran sorpresa,  es que también venden carnes, pescados, pollos, pastas, y muchas otras opciones para degustar, no solo vegetarianas.

El local, de la primera entrada a las colinas 1 C arriba, es muy elegante y confortable, me gusta que podes moverte entre la pastelería en la entrada, la cafetería en un rincón, una tienda de bellísimas plantas al fondo y la tienda orgánica a la izquierda, todo un recorrido interesante, único y diferente, que invita a descansar un par de horas mientras se lee un buen libro en las sillas de hoja de plátano trenzado de la terraza y disfrutas de Nina Simone como selección musical. 
Ordenamos unos deliciosos batidos de sandía con hierba buena y otro de apio con piña y naranja, usaron únicamente las frutas como endulzante natural, deliciosos, refrescantes y hasta vigorizantes.
Como entrada ordenamos un carpaccio de res y un gazpacho de tomate, la presentación es sencilla, pero el sabor es espectacular. El carpaccio, que puede resultar un poco ácido para aquellos de paladar sensible, venía ligeramente condimentado con pimienta, la infaltable alcaparra y una novedosa arugula verde, de sabor mitad amargo, mitad picante, que se dejaba llevar en buenos términos con la carne, rosada y fresca, una combinación de sabores exquisita sin duda alguna.
El gazpacho me encanta por su cualidad refrescante, este fue presentado en grumos y no licuado, con bastante jugo del tomate fresco, pepino, apio, ajo, aceite de oliva y un ligero toque de vinagre balsámico o vino, una mezcla sencilla y deliciosa.
Como platos fuertes ordenamos una Lasaña de pollo y Filete estilo Ola Verde, la lasaña no me gustó pues venía sobre cargada de un apabullante queso madurado que opacaba por completo a los demás sabores. El filete en cambio fue toda una revelación, presentado con un sencillo puré de quequisque, vegetales al vapor y una deliciosa salsa dulcete, hecha por una reducción de vino tinto y romero, cuyo principal objetivo fue el de potenciar el sabor de la carne. Si buscan un sabor más intenso, quizás esta no sea la opción más adecuada.
El cierre fue delicioso sin duda alguna, pues un chesse cake de maracuyá, esponjoso y con el equilibrio perfecto de dulzura, que nunca llega a empalagar, cerró silenciosamente un muy buen almuerzo, con la mejor compañía, en un buen lugar.

Balance Financiero: Dos entradas, dos platos fuerte, dos bebidas y un postre C$ 840, aprox US$ 35

      

viernes, 24 de agosto de 2012

Barra and grill K50: Altos y bajos

Aunque al frente del edificio hay un mojón que marca K50, este bar no queda en el kilómetro 50 de ninguna carretera, si no de los semáforos de linda vista 1C. abajo y 4 al lago. Mitad ranchón, mitad sport bar, K50 0frece 3 ambientes separados solo por desniveles, y bien diferenciados por las sillas altas cerca de la barra, las bajas cerca de los baños y las plásticas a la entrada.
 Hay dos esquinas diagonalmente separadas, una para los fanáticos del Barcelona y otra para los del Madrid, aunque se percibe una marcada inclinación al club catalán, pero lo que más me gustó es que justo sobre la barra, en un lugar privilegiado, están las camisetas de los clubes nacionales de futbol.
Hoy la música estuvo muy buena, con rock latinoamericano sonando a un volumen moderado, pero ha habido días en los que me he tragado 3 horas continuas de mal hip-hop. El servicio es muy bueno, ha mejorado últimamente, los meseros están pendientes de tus necesidades y comodidad.
Ordené una michelada y unos nachos de pollo. De la michelada puedo decir que es hecha en casa y por lo tanto más rica, bien cargada de condimentos, así que puede caer pesada a aquellos de estómago sensible. Los nachos de pollo en cambio estuvieron muy malos, todo parecía ser del día anterior, desde el pollo hasta la ensalada, y aunque debo admitir que he probado otras ediciones más glamorosas del mismo, el de hoy dejó mucho que desear.
El ambiente  acá es muy bueno, siempre hay gente riendo, es un estimulante natural, pues el buen ánimo de los demás se contagia y prevalece a pesar de otras cosas.
K50 es como para dejar el estrés de la semana e ir a tomar unos traguitos con los compañeros de trabajo.

Balance Financiero: Una michelada y unos nachos de pollo C$ 264

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