jueves, 30 de abril de 2015
lunes, 27 de abril de 2015
Jimmy Three Fingers: Good Bye Suerte Irlandesa.
Cuando un nuevo restaurante se
mueve dentro del mundo twitter como lo ha hecho Jimmy Three fingers, es casi
una apuesta segura comer allí. Y no es que los twitteros sean dueños de la
verdad absoluta, pero esos 140 caracteres no pueden ser desperdiciados en
palabrería barata. Así que entre los twitteros, mis lectores y la curiosidad de
que si Jimmy tiene o le faltan tres dedos, enrumbe de tica Bus 1 arriba 1/2 al sur, para descubrir con
cierto desagrado que sobre la tumba de dos duendes irlandeses se alza el buen Jimmy.
Hablo de Shannon Bar, famoso allá por 1998 y del poco o nada célebre Irish Pub. De ambos solo
tengo recuerdos del viejo juego de dardos, que aún sigue en el mismo sitio más
de una década después, la impagable cerveza Guinness y de una chica que me
gustaba y a la que tuve que soportarle su patético novio.
En Jimmy three fingers rompen por
completo con los esquemas de la decoración, nada combina con nada, pero hay de
todo para todos. Como que si el espacio está
diseñado para no ser excluyente, un lugar donde una pareja romancea en una
esquina, mientras otra pelea a solo tres mesas, donde los elegantes oficinistas
hacen una parada técnica después del estrés del trabajo, mientras los artistas
de teatro se estresan entre sus propios egos. Un lugar donde lo más importante
pasa en la cocina y en el corazón de sus comensales.
El servicio va más allá de un
simple buenas tardes y poner el menú sobre la mesa. Es estar realmente
interesado en las necesidades de los comensales, de cómo la están pasando y de
que se puede hacer para estar más cómodo, el dar esa milla extra que te invite
a regresar. Y en este tema, Eduardo, nuestro mesero, es un experto.
El menú, maltrado por el uso,
esconde verdaderas maravillas de la tierra de Forrest Gump, Alabama. Y aunque
me moría de deseos de probar alguna de las recetas de camarones de las que
hablaba Bubba, sucumbí ante la presión de mis lectores y ordené Costillas de
Cerdo San Luis y Lomo de cerdo al romero. El lomo de cerdo al romero es un
plato digno de repetir, los aromas del romero, el ajo y la carne como tal,
despertaron en mi primitivas pasiones. No se dejen engañar por su soberbia
presentación, ese trozo de carne jugosa, tierna y aromática solo tiene un único
fin, despertar al carnívoro que llevas dentro. Pero no todo es carne y más
carne, el lomo de cerdo viene acompañado con una deliciosas zanahorias cocidas
con azúcar, cuyo maridaje con la carne, sus aromas y el ligero toque amargo del
romero, es simplemente sublime.
Las costillas son de las mejores
que he probado en Managua, y a riesgo de ser vilmente vapuleado por los twitteros,
no puedo decir que son las mejores de mi vida, sin embargo por su precio, se
llevan con creces los laureles. En mi caso, las costillas estaban recocidas,
por lo que gran parte de la ternura característica de este platillo se perdió
con la cocción, pero todo el conjunto era un carnaval en el paladar, las
cantidades precisas de salsa BBQ, lo suficiente como para no opacar la carne
como tal, y una espléndida ensalada de papas y cebolla, hicieron de mi cena una
experiencia digna de dar a estas costillitas una bien merecida segunda
oportunidad.
Balance Financiero: Un lomo de cerdo, unas costillas san Luis y dos cervezas nacionales C$ 520
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