Comer en Kathy´s Waffle House, en Granada, frente al convento San Francisco, es toda una
experiencia. Desde el hecho de salir de Managua y hacer un reset mental a la
rutina, pasando por la frustración que siento al esperar casi 15 minutos a que
una mesa se desocupe y la rapidez con que esta desaparece apenas me siento,
gracias a los aromas que me rodean y me traen recuerdos de infancia.
En esta ocasión no fue
la glamorosa terraza con sus verdes macetas y adornos de petate, el escenario
de mi desayuno, pues estaba abarrotada de gente sonriente , fue un rincón en
donde una puerta convertida en mesa y con patas de máquina de coser ubicada en
el modesto corazón de Kathy´s, muy cercana a la cocina, me sirvió de
observatorio para descubrir el verdadero movimiento que aquí acontece
todas las mañanas y ver también el esfuerzo que hace su personal para que el
servicio sea tan familiar, eficiente y ameno.
El menú tiene al menos
50 opciones para desayunar, entre panqueques, waffles, ensaladas y
otras más tradicionales como gallopinto y huevos revueltos. Elegí
ser audaz y pedí unas Tostadas francesas, un Omelette western y un Panqueque
con tocino. Las tostadas francesas estaban espléndidas, un aromatico y fuerte
golpe a canela te envolvía de inmediato, pero al mismo tiempo tocaba de forma
sutil al paladar con una textura bastante cremosa y ligeramente dulce. Eran
perfectas para acompañarlas con el delicioso café, de cuerpo intenso y
penetrante, que vino por cortesía de la casa.|
El omelette
western, que viene acompañado de unas deliciosas papas con especias, tenía un
sabor que evocaba recuerdos de infancias, quizás por la exquisita salsa
ranchera que contenía, muy parecida a la de mi madre, o por la
sensación a queso derretido que invadia al paladar, o simplemente por la sencillez
en que estaban presentados, como lo servirían en tu casa. Por lo que
fuere, el omelette fue un disparo directo al corazón (¿O al
estómago?)
En cambio el panqueque
con tocino fue una combinación inesperada y no logró ese efecto de contraste
que supongo, era el objetivo del platillo. Por si solo era una masa a ratos
salobre, y acompañado con miel, mantequilla o queso una combinación extraña y
sin sentido. Hay cosas que definitivamente no deben mezclarse.
Kathy´s Waffle house
es perfecto para compartir con la familia, pues el ambiente que aquí pulula,
tanto por parte del personal como de los comensales, contribuye para imaginar
que estás de visita en la vieja casona de tus abuelos, con los tíos que no ves
hace un tiempo y con los primos con los que una vez jugaste al trompo, chibolas,
calandro, y a elevar barriletes.
Balance Financiero:
Unas tostadas francesas, un omelette, unos panqueques con tocino y un batido de
frutas C$ 550.00