El Coche café, frente a Pricemart, se parece más a una oficina que a una
cafetería, las conversaciones de las diferentes mesas parecen ponencias sobre
productos y estrategias comerciales, debo confesar que yo me detuve acá pues
deseaba escribir unos correos antes de ir a mi casa. Sin embargo no puedo dejar
de mencionar que a pesar de este detalle, que se hace menos evidente al
entrar la noche, coche café tiene una oferta interesante dentro del
barismo nacional. El menú, a tiza, pulcro y multicolor, se mueve entre el
tradicional café americano, hasta elaborados machiatos, mocas y otras bebidas
interesantes y nuevas para mí.
Muy a mi pesar las cafeterías que he visitado hasta
el momento tiene una oferta muy limitada en cuanto a platos salados,
es por eso que un panini
de jamón y queso, fue la más atractiva de las dos únicas opciones
de bocadillos salados, y debo decir que quizás fue la más acertada.
El pan no estaba mal, pero combinado con un queso mozzarella de
buena calidad, tomate fresco, jamón Virginia y albahaca fresca, dieron paso
a un bocadillo sutilmente delicioso, donde los sabores en vez de mezclase
se presentaban de uno a uno hasta terminar en albahaca fresca que permanencia
en el paladar hasta que un sorbo de mi Latte lo borraba completamente.
El café es muy bueno, recomiendo (si piden latte)
tomarlo sin azúcar, pues no es extremadamente amargo y de esta manera
prolongamos su sabor en el paladar.
El servicio se hace por completo detrás de un mostrador, sin
embargo es muy bueno, el joven de la barra, un tipo pilas puestas, con un corte
a lo rockstar, imprime entusiasmo a su trabajo y esmero en la preparación del
café. Hacer un buen café va más allá de accionar la maquinita.
Mientras suenan los Beatles yo me voy a tomar otro rico cafecito y
tararear “All you need is love tuu turururu”
Balance Financiero: Un Latte grande y un panini de jamón C$ 185,
propina no incluida. ( Aprox. US$ 8 )